LAS 2 CRUCES (ALFACAR Y VIZNAR) - SIERRA DE HUÉTOR
Hoy no había escapatoria. Como toda la familia nos habíamos subido ayer sábado a Alfacar, hoy, estrenando cambio de horario y con el buen tiempo con el que nos habíamos despertado, mi mujer Nieves y yo, decidimos realizar la excursión a las 2 cruces enclavadas en esta zona del Parque Natural de la Sierra de Húetor y que tenemos casi al alcance de una piedra. Así que las tomaríamos los dos solos, ya que el resto del grupo se había apuntado a un viaje a Córdoba que organizaba la Peña de la Platería.
La ruta circular la iniciamos sobre las 10:30 h. desde la Plaza del Morquíl de la localidad de Alfacar, con la intención de recorrer varias de las sendas recomendadas por la dirección del Parque. Así que nos dirigimos con dirección Noroeste para atacar el Cerro del Maullo, el Cerro de la Cruz de Víznar, la Cueva del Agua para finalizar visitando la Cruz de Alfacar.
Para llegar a esta localidad tenemos varias opciones: bien tomando la salida, correctamente indicada en ambos sentidos, de la A-92 , bien por la carretera de Granada a Alfacar, la de Víznar a Alfacar, la que viene desde Puerto Lobo, o bien por otro acceso que llega desde la localidad de Nívar (tomando el cruce señalizado a la derecha de la carretera de Cogollos Vega) y que desemboca en la mismísima Fuente Grande.
Desde el punto de partida indicado de la Fuente del Morquil, tomamos la carretera que va en ascenso. Al final de la misma cuando llegamos al cruce podemos girar a la izquierda para continuar por la carretera que nos dejaría, a escasos metros, en el bello paraje de Fuente Grande (Fuente de Aynadamar o Fuente de las Lágrimas) con la posibilidad también de alargarla y subir a la Alfaguara; y a la derecha del cruce, que es la que nosotros tomamos, con dirección a la localidad de Víznar. Seguimos por la carretera asfaltada y nos encontramos en seguida con el Parque Federico García Lorca. Más adelante dejamos atrás un edificio grande de apartamentos llamado “El Caracolar” enclavado dentro de un hermoso pinar muy aclarado por el paso del tiempo. También dejamos atrás, y a nuestra derecha, el Cortijo Pepino. Proseguimos por el asfalto unos cientos de metros más hasta toparnos con un monolito de granito que nos indica que estamos en el Barranco de Víznar. Un cartel informativo, en este punto exacto, nos explica el correcto itinerario que sube por esta vereda al Centro de Visitantes de Puerto Lobo. A los pocos metros de iniciarla existe una fosa común de enterramiento, restos de la Guerra Civil. Vereda que sube por entre hermosas extensiones de romeral, alternando con aulagas, altas matas de retama, jarilla, abundante tomillo y pinos centenarios. Prolongamos hasta el Área recreativa de Puerto Lobo, pasando por delante del quiosco de comidas, para finalizar en el Centro de Visitantes. El tiempo empleado hasta aquí ha sido de unos 45 minutos. Otro cartel indicativo nos señala aquí el comienzo del sendero que nos lleva al Cerro del Maullo (1.319 m.) tras una hora escasa de marcha recreada hasta coronarlo. Senda que atraviesa un magnifício mosaico vegetal de pinos resineros, cedros del Atlas, antiguos cultivos de olivar, algunos álamos y abundando también ejemplares que crecen de forma indiscriminada de retama y enebro.
El cerro que se gana en un cuarto de hora desde su base, con una subida no muy pronunciada, alberga uno de los mayores vestigios de la Guerra Civil Española; una línea de trincheras de aquella época, que levantaron piedra sobre piedra y que se conservan en muy buen estado (y que si no se hubieran tenido que levantar, hubiese sido mejor reseña).
Hoy no había escapatoria. Como toda la familia nos habíamos subido ayer sábado a Alfacar, hoy, estrenando cambio de horario y con el buen tiempo con el que nos habíamos despertado, mi mujer Nieves y yo, decidimos realizar la excursión a las 2 cruces enclavadas en esta zona del Parque Natural de la Sierra de Húetor y que tenemos casi al alcance de una piedra. Así que las tomaríamos los dos solos, ya que el resto del grupo se había apuntado a un viaje a Córdoba que organizaba la Peña de la Platería.
La ruta circular la iniciamos sobre las 10:30 h. desde la Plaza del Morquíl de la localidad de Alfacar, con la intención de recorrer varias de las sendas recomendadas por la dirección del Parque. Así que nos dirigimos con dirección Noroeste para atacar el Cerro del Maullo, el Cerro de la Cruz de Víznar, la Cueva del Agua para finalizar visitando la Cruz de Alfacar.
Para llegar a esta localidad tenemos varias opciones: bien tomando la salida, correctamente indicada en ambos sentidos, de la A-92 , bien por la carretera de Granada a Alfacar, la de Víznar a Alfacar, la que viene desde Puerto Lobo, o bien por otro acceso que llega desde la localidad de Nívar (tomando el cruce señalizado a la derecha de la carretera de Cogollos Vega) y que desemboca en la mismísima Fuente Grande.
Desde el punto de partida indicado de la Fuente del Morquil, tomamos la carretera que va en ascenso. Al final de la misma cuando llegamos al cruce podemos girar a la izquierda para continuar por la carretera que nos dejaría, a escasos metros, en el bello paraje de Fuente Grande (Fuente de Aynadamar o Fuente de las Lágrimas) con la posibilidad también de alargarla y subir a la Alfaguara; y a la derecha del cruce, que es la que nosotros tomamos, con dirección a la localidad de Víznar. Seguimos por la carretera asfaltada y nos encontramos en seguida con el Parque Federico García Lorca. Más adelante dejamos atrás un edificio grande de apartamentos llamado “El Caracolar” enclavado dentro de un hermoso pinar muy aclarado por el paso del tiempo. También dejamos atrás, y a nuestra derecha, el Cortijo Pepino. Proseguimos por el asfalto unos cientos de metros más hasta toparnos con un monolito de granito que nos indica que estamos en el Barranco de Víznar. Un cartel informativo, en este punto exacto, nos explica el correcto itinerario que sube por esta vereda al Centro de Visitantes de Puerto Lobo. A los pocos metros de iniciarla existe una fosa común de enterramiento, restos de la Guerra Civil. Vereda que sube por entre hermosas extensiones de romeral, alternando con aulagas, altas matas de retama, jarilla, abundante tomillo y pinos centenarios. Prolongamos hasta el Área recreativa de Puerto Lobo, pasando por delante del quiosco de comidas, para finalizar en el Centro de Visitantes. El tiempo empleado hasta aquí ha sido de unos 45 minutos. Otro cartel indicativo nos señala aquí el comienzo del sendero que nos lleva al Cerro del Maullo (1.319 m.) tras una hora escasa de marcha recreada hasta coronarlo. Senda que atraviesa un magnifício mosaico vegetal de pinos resineros, cedros del Atlas, antiguos cultivos de olivar, algunos álamos y abundando también ejemplares que crecen de forma indiscriminada de retama y enebro.
El cerro que se gana en un cuarto de hora desde su base, con una subida no muy pronunciada, alberga uno de los mayores vestigios de la Guerra Civil Española; una línea de trincheras de aquella época, que levantaron piedra sobre piedra y que se conservan en muy buen estado (y que si no se hubieran tenido que levantar, hubiese sido mejor reseña).
Durante la subida empezamos a ver y disfrutar también de otro magnífico mosaico vegetal compuesto por cedrales, pinos resineros, antiguos cultivos de olivos, coscojas y encinas; matorrales como jaras, retamas, escaramujos, aulagas, salvias y lavandas. Las vistas desde aquí son impresionantes. Destacamos los mejores tres miles de Sierra Nevada ( Alcazaba, Mulhacén, Veleta...) el Cerro de la Cruz; y abajo, el río Darro, el alto y largo Puente de la Autovía A-92 y las proximidades de la localidad de Huétor Santillán.
Bajamos del Cerro del Maullo ( que debe su nombre al hecho de que los soldados que ocuparon estas trincheras durante la guerra civil se comunicaban en la lejanía con sonidos parecidos al maullo del gato montés que habita por estos parajes) y reanudamos la marcha tomando a la derecha por la pista forestal que sube hacia el Campamento de la Alfaguara. Un poco antes de llegar a un desvío a la derecha, cerrado al paso de vehículos por una cadena que nos bajaría a la Fuente de la Teja, hay una vereda a la izquierda, a la que le han arrancado su postel de señalización de madera, pero que no tiene la menor pérdida porque aún queda un mojón de piedra clavado en la margen izquierda del inicio del sendero. Es la vereda del Barranco de la Umbría que transcurre entre grandes y hermosos ejemplares de pinos, majestuosos pinsapos y de muchísimos y frondosos ejemplares de enebros, y que nos eleva, tras una cómoda pero larga subida en zigzag, hasta el Collado de Víznar con un manto vegetal adaptado al fuerte viento y a la huella solar y formado por esparto, cojín de monja, salvias, etc. y en donde un mojón nos ofrece varias posibilidades: al Norte, por la vereda que hemos traído, señala la bajada al Barranco de la Umbría; al Noroeste, nuestro próximo destino, a la Cueva del Agua; al Este, coronando el cerro, a la Cruz de Víznar (1.556 m.), y que por desgracia observamos que su cruz, físicamente, ha desaparecido al parecer derribada por una ráfaga de viento; y al Sur podemos bajar hasta las instalaciones del Parque Cinegético, distinguiendo al final de este sendero dos eras bajo nuestra mirada, una de ellas adaptada como helipuerto. Desde este Collado, el de Víznar, las vistas son espectaculares: a la izquierda observamos la Sierra de la Almijara (con su inconfundible Pico del Lucero como insignia), Sierra Nevada y el Cerro de Víznar; justo enfrente los pueblos de Víznar y a su derecha Alfacar, ambos mirando a la ciudad de Granada y a su Vega.
Bajamos del Cerro del Maullo ( que debe su nombre al hecho de que los soldados que ocuparon estas trincheras durante la guerra civil se comunicaban en la lejanía con sonidos parecidos al maullo del gato montés que habita por estos parajes) y reanudamos la marcha tomando a la derecha por la pista forestal que sube hacia el Campamento de la Alfaguara. Un poco antes de llegar a un desvío a la derecha, cerrado al paso de vehículos por una cadena que nos bajaría a la Fuente de la Teja, hay una vereda a la izquierda, a la que le han arrancado su postel de señalización de madera, pero que no tiene la menor pérdida porque aún queda un mojón de piedra clavado en la margen izquierda del inicio del sendero. Es la vereda del Barranco de la Umbría que transcurre entre grandes y hermosos ejemplares de pinos, majestuosos pinsapos y de muchísimos y frondosos ejemplares de enebros, y que nos eleva, tras una cómoda pero larga subida en zigzag, hasta el Collado de Víznar con un manto vegetal adaptado al fuerte viento y a la huella solar y formado por esparto, cojín de monja, salvias, etc. y en donde un mojón nos ofrece varias posibilidades: al Norte, por la vereda que hemos traído, señala la bajada al Barranco de la Umbría; al Noroeste, nuestro próximo destino, a la Cueva del Agua; al Este, coronando el cerro, a la Cruz de Víznar (1.556 m.), y que por desgracia observamos que su cruz, físicamente, ha desaparecido al parecer derribada por una ráfaga de viento; y al Sur podemos bajar hasta las instalaciones del Parque Cinegético, distinguiendo al final de este sendero dos eras bajo nuestra mirada, una de ellas adaptada como helipuerto. Desde este Collado, el de Víznar, las vistas son espectaculares: a la izquierda observamos la Sierra de la Almijara (con su inconfundible Pico del Lucero como insignia), Sierra Nevada y el Cerro de Víznar; justo enfrente los pueblos de Víznar y a su derecha Alfacar, ambos mirando a la ciudad de Granada y a su Vega.
Tengo que señalar que hasta ahora nos hemos movido por la Sierra de Alfacar, a la que pertenece incluso el Cerro de la Cruz de Víznar. Porque en mi humilde opinión la denominación de Parque Natural de la Sierra de Huétor ha sido un nombramiento desafortunado ya que lo han bautizado tomando sólo el nombre de uno de los pueblos que lo componen "Húetor" refiriéndose a Huétor Santillán, dejando a la sombra del aire al resto de localidades que lo componen y con carácter tan propio y definido como son Alfacar, Beas de Granada, Cogollos Vega, Diezma, Nívar y Víznar; y ya sabemos todos la rivalidad que se cuece entre pueblos tan limítrofes y que cada uno tiene “su sierra” por testigo y memoria; pudiendo haber buscado otro nombre más genérico y que amparase un denominador común como señal del buen hermanamiento. Pero en fin, en definitiva sólo es un nombre más para el nombramiento.
Continuamos nuestra marcha, con la dirección que nos indicada el mojón, hacia la Cueva del Agua y que discurre entre hermosos ejemplares de pinos, encinas, pinsapos y cedros, así como espléndidas plantas de romero, mejorana, tomillo, enebros y alhucema. Al llegar a unas formaciones de dolomías nos indican que estamos encima de la Cueva del Agua (1.576 m.), que se originó por lentos procesos de tipo kárticos jugando el agua y el tiempo un papel primordial para su desarrollo.
Las mejores vistas de Sierra Nevada, están en el mirador que hay justo delante de la entrada de la Cueva del Agua, cuya entrada han cerrado, a mi gusto, con una horrorosa reja que la sella de arriba abajo. Aunque siempre hay “ratones” que se cuelan por una abertura horadada en su misma base.
El tiempo que hemos empleado hasta aquí ha sido de 3 h. y desde este punto nos dirigimos, ya todo en bajada, hacia el Campamento de la Alfaguara; al que no llegamos, porque nos desviamos, a nuestra izquierda, tomando una estrecha vereda que va hacia “La Majada de la Zorra”( un hermoso prado rodeado de hermosos pinares, donde incluso mis ojos han visto rodar escenas de películas del western americano). Aquí nos encontramos con el pino guía y la Fuente de los Yeseros. Seguimos descendiendo y llegamos al carril que nos dejaría en la carretera que sube de Alfacar al Campamento de la Alfaguara, pero nosotros para rematar la faena, tomamos una vereda a nuestra izquierda y que asciende entre chaparros hasta andentrarnos en el Pinar de la Alfaguarilla, donde la vereda se pierde debido a los troncos procedentes de la tala y que hay esparcidos a diestro y sinientro. Tras rebasarlo observamos que el paisaje cambia por completo. Aquí la roca domina sobre el terreno. Delante y abajo vemos una pequeña caseta de obra rodeada por una alambrada. Nosotros giramos a la izquierda para coronar el Cerro de "Los Calares" en cuya cima se encuentra la Cruz de Alfacar (1.520 m.) a la que observamos que le falta un trozo de uno de los brazos a consecuencia del impacto que sufrió por la caída de un rayo. Desde aquí las vistas son fantásticas, por las que merece la pena el ascenso: al Oeste tenemos Sierra Elvira y el Pantano de Cubillas; al Noreste se divisa un hermoso pinar; en el centro la verde Majada de la Zorra, la Casa Forestal de la Alfaguara y al fondo los Peñones de la Mata y del Majalijar, la Peña de la Cruz y el Cerro de Orduña; abajo, sobre nuestros pies, la localidad de Alfacar con toda su alma.
Continuamos nuestra marcha, con la dirección que nos indicada el mojón, hacia la Cueva del Agua y que discurre entre hermosos ejemplares de pinos, encinas, pinsapos y cedros, así como espléndidas plantas de romero, mejorana, tomillo, enebros y alhucema. Al llegar a unas formaciones de dolomías nos indican que estamos encima de la Cueva del Agua (1.576 m.), que se originó por lentos procesos de tipo kárticos jugando el agua y el tiempo un papel primordial para su desarrollo.
Las mejores vistas de Sierra Nevada, están en el mirador que hay justo delante de la entrada de la Cueva del Agua, cuya entrada han cerrado, a mi gusto, con una horrorosa reja que la sella de arriba abajo. Aunque siempre hay “ratones” que se cuelan por una abertura horadada en su misma base.
El tiempo que hemos empleado hasta aquí ha sido de 3 h. y desde este punto nos dirigimos, ya todo en bajada, hacia el Campamento de la Alfaguara; al que no llegamos, porque nos desviamos, a nuestra izquierda, tomando una estrecha vereda que va hacia “La Majada de la Zorra”( un hermoso prado rodeado de hermosos pinares, donde incluso mis ojos han visto rodar escenas de películas del western americano). Aquí nos encontramos con el pino guía y la Fuente de los Yeseros. Seguimos descendiendo y llegamos al carril que nos dejaría en la carretera que sube de Alfacar al Campamento de la Alfaguara, pero nosotros para rematar la faena, tomamos una vereda a nuestra izquierda y que asciende entre chaparros hasta andentrarnos en el Pinar de la Alfaguarilla, donde la vereda se pierde debido a los troncos procedentes de la tala y que hay esparcidos a diestro y sinientro. Tras rebasarlo observamos que el paisaje cambia por completo. Aquí la roca domina sobre el terreno. Delante y abajo vemos una pequeña caseta de obra rodeada por una alambrada. Nosotros giramos a la izquierda para coronar el Cerro de "Los Calares" en cuya cima se encuentra la Cruz de Alfacar (1.520 m.) a la que observamos que le falta un trozo de uno de los brazos a consecuencia del impacto que sufrió por la caída de un rayo. Desde aquí las vistas son fantásticas, por las que merece la pena el ascenso: al Oeste tenemos Sierra Elvira y el Pantano de Cubillas; al Noreste se divisa un hermoso pinar; en el centro la verde Majada de la Zorra, la Casa Forestal de la Alfaguara y al fondo los Peñones de la Mata y del Majalijar, la Peña de la Cruz y el Cerro de Orduña; abajo, sobre nuestros pies, la localidad de Alfacar con toda su alma.
Una vez tomada y respirada y ya, como en caída libre, hacia dicha localidad, la vamos descubriendo íntegramente; al fondo también se extiende, como un gran tapiz verde, la capital granadina y toda su grandiosa y hermosa Vega; a la izquierda nuestra majestuosa Sierra Nevada hoy desprendida de muchísima nieve por el calor reinante.
Ya todo es bajada y prestando muchísimo cuidado para no torcernos un tobillo ya que hay abundante piedra suelta. Como un regalo más de la naturaleza avistamos una manada de cabras montesas, con las que están repoblando estos parajes.
Son las 14:30 h. cuando al finalizar casi nos damos de lleno con la Fuente Grande por la inercia que traemos. Fin de trayecto y del empinado descenso. Desde aquí, desde este hermoso paraje que es Fuente Grande, de Aynadamar o de las Lágrimas, abrigada por majestuosos plátanos orientales plantados allá por la época de la invasión francesa de 1808, en cinco minutos nos ponemos en el punto de inicio de la excursión, la Fuente del Morquil, con un buen trago de agua para dentro. Porque no hay nada mejor que volver a casa con una buena y bonita caminata a nuestras espaldas. Seguramente su recuerdo ahora, tras el atardecer de la memoria, nos durará para toda la semana, como paisaje que duerme bajo la retina de los sueños.
Y se me olvidaba. Tengo que especificar, además, que este recorrido es idóneo para hacerlo en un día entero de marcha, con parada para el avituallamiento, por ejemplo, en la Alfaguarilla o desviándonos hacia el mencionado campamento de la Alfaguara. Nosotros lo hemos atacado de un tirón porque nos estaban esperando en casa para el almuerzo.
Y se me olvidaba. Tengo que especificar, además, que este recorrido es idóneo para hacerlo en un día entero de marcha, con parada para el avituallamiento, por ejemplo, en la Alfaguarilla o desviándonos hacia el mencionado campamento de la Alfaguara. Nosotros lo hemos atacado de un tirón porque nos estaban esperando en casa para el almuerzo.
- Itinerario: Fuente del Morquil (Alfacar) – Carretera de Alfacar a Víznar - Parque García Lorca – Barranco de Víznar - Área Recreativa de Puerto Lobo – Centro de Visitantes de Puerto Lobo – Cerro del Maullo – Barranco de la Umbría – Cruz de Víznar – Cueva del Agua – Alfaguarilla – Cruz de Alfacar – Fuente Grande – Fuente del Morquil (Alfacar)
- Número de participantes: 2
- Dificultad: Baja.
- Agua: Centro de Visitantes de Puerto Lobo.