28 mayo 2006

CERRO DE LA CRUZ














CERRO DE LA CRUZ

Hoy de nuevo dirigimos nuestros pasos hacia el Parque Natural de la Sierra de Huétor. La falta de apoyo logístico para realizar la ruta de los Lavaderos de la Reina (a ver si alguien amablemente nos presta o se presta con un 4x4 de esos que tantos se alardean por el tráfico y podemos subir hasta el Corralejo, allá por la Loma La Cuna de los Cuartos, e iniciar la excursión como Dios manda) y por otra que María Angeles trabajaba por primera vez en 20 años en domingo en su nuevo traslado sanitario y todo ello como que nos hizo tirar para arriba, echar un rato de jardinería y quitar "un par" de contenedores de grama. Así que después de una jornada más que trabajada, esperamos a que el calor aflojara la cuerda y decidimos hacer una marcha de esas llamadas relámpago para no perder la vereda.
Eran sobre las 19:00 h. cuando salimos de Alfacar hacia la A-92 para tomar la salida indicada como “Parque Natural de la Sierra de Huétor y estacionar el vehículo en las inmediaciones de la Casa Forestal de “Los Peñoncillos”, a la que dejamos ya atrás, y caminado, para enseguida encontrarnos con una bifurcación en el itinerario y con las dos opciones cerradas al paso con sus correspondientes cadenas para impedir el paso a los vehículos. Nosotros tomamos el desvío de la izquierda (el de la derecha nos llevaría a la Fuente de la Teja).
El carril se recorre cómodamente y nos va obsequiando con abundante vegetación y magníficos ejemplares de pinos, sequoyas, pinsapos, castaños, quejigos y encinas, así como de otras muchas especies de monte bajo y ese otro etcétera de olores que nos van asaltando.
A un kilómetro aproximadamente del inicio de la marcha nos encontramos con la Casa Forestal de Bolones, a la que visitamos desviándonos a la derecha y entrando por un estrecho pasillo y amurallado de cipreses. La casa tiene un zaguán arqueado a cada lado y su fachada es del más puro estilo de cortijo andaluz. Mi opinión... pues que está totalmente abandonada a la suerte de la naturaleza y no se aprovecha para nada. Podrían usarla por ejemplo para colonias juveniles, aula de la naturaleza, museo micológico; en fín que una vez más la mano del abandono del hombre pasa por esta casa.
Volvemos a la pista forestal, dejando atrás y a nuestra izquierda un viejo pozo, dos cortafuegos, y a nuestra derecha una alberca. Es la Fuente de los Bolones y surte al Darro de sus primeras aguas. A los pocos minutos vamos divisando ya el Valle del Río Darro que discurre a nuestros pies, a nuestra mano derech. En la contraria delante tenemos, primero, el Cerro de Casa Fuerte y seguidamente el Cerro de la Cruz (1.367 m.) como punto y objetivo de nuestra marcha. Así que continuaremos por la pista topándonos con una zona de viveros de sequoyas y pinsapos.
El carril de tierra que en sus finales se torna blanco y arenoso, da pie a una estrecha vereda que rodea completamente el Cerro y que confluye en otro carril que viene de la localidad de Huétor, punto en donde existen unas magníficas vistas de las cumbres de Sierra Nevada, el Trevenque, del largo puente de la A-92 sobre el río Darro, y del Cerro del Maullo y el de la Caseta de Vigilancia para el control de incendios; y cómo no, de unas espléndidas vistas de la anfitriona, las de la localidad granadina de Húetor Santillán. Los días 3 de cada mayo suelen hacer los vecinos una bonita romería por estos parajes y subir hasta lo más alto, el cerro del que hoy nos ocupamos.
Ahora para rematar la faena, sólo queda la ascensión al Cerro de la Cruz. Para ello hacemos un giro como si nos volviésemos sobre nuestros pasos y desplazándonos un poco a la derecha, parte justo una empinada y pedregosa vereda que en sus principios pasa justo por encima de la que traíamos.
En su cumbre se encuentra una cruz metálica en donde consta inscrita la fecha de su bautizo (“3-5-1.970”) y unas hermosas vistas con panorámica de 360º. Vistas “con acento” y aumentadas con las citadas anteriormente y situadas más abajo (se me olvidada citar, que me matan mis familiares y amigos, las de Beas de Granada, para no verlas, vamos) Imágenes que algunas captamos ya al atardecer y que le daban como un toque más de encanto a la caminata. El regreso lo hacemos por el mismo camino que nos ha traído. Con muchísimo cuidado en la bajada del cerro porque hay mucha piedra suelta. Y dándole a los pies, ya que se nos echaba la noche encima, nos volvemos al coche para que nos llevara a casa. Como siempre dejo algunas fotos para el recuerdo. El de ese otro tiempo, como presente, el de las instantáneas.

-Itinerario: Autovía A-92 - Salida- "Parque Natural de la Sierra de Huétor" - Casa Forestal de los Peñoncillos - Casa Forestal de Bolones - Cerro de la Cruz y vicevesa.
-Número de participantes: 2
-Dificultad: Baja
-Duración: 3 horas aprox.
-Agua: Llevar.

21 mayo 2006

EL LAGUNILLO MISTERIOSO




 LAGUNILLO MISTERIOSO
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El calor sofocante de estos días atrás había dejado tal huella en Granada que en nuestra mente estaba dirigirnos hoy a las alturas de Sierra Nevada con el fin de apartarnos de su mirada. Así que hacia allí nos dirigimos para realizar una sencilla y bonita marcha y visitar algunas lagunas de alta montaña de Sierra Nevada.
De nuevo tomamos la Circunvalación de Granada, para abandonarla por la Ronda Sur con dirección a la Carretera de la Sierra. Finalizamos la marcha motorizada aparcando el coche en la zona conocida como los Albergues (2.500 m.), exactamente en el Km.35,5 de la citada carretera y en donde la señal de dirección prohibida te impide continuar el paso y justo por encima de los Peñones de San Francisco y la Hoya de la Mora.
Eran sobre las 10:30 h. cuando llegamos. La mañana estaba fresca y el viento soplaba fuerte de poniente. Empezamos el ascenso ya, como la ley del senderismo manda, caminando hacia el Monumento a la Virgen de las Nieves, por una clara senda que cruza en varías ocasiones el asfalto de la carretera. Vía que construyeron los alemanes, y muy bien hecha por cierto, y que continúa subiendo aunque ya cerrada al tránsito general de vehículos.
La dirección que tomamos la tenemos clara porque tenemos el Pico del Veleta delante de nuestros ojos (otra cosa sería poder tocarlo con las manos). A nuestra izquierda tenemos el antiguo Observatorio del Mojón de Trigo. Continuamos el ascenso hasta la zona conocida como Cauchiles, un enorme ventisquero en donde los antiguos neveros venían a surtirse de género para bajarlo a Granada y en donde hasta hace poco incluso podías llegar con el coche y aparcarlo en sus inmediaciones. De aquí parten dos ramales, uno hacia el pico del Veleta y Capileira (el de la izquierda) y el otro, el de la derecha, que es el que nosotros tomamos, con dirección a Borreguiles y al Observatorio-Radiotelescopio. Tras avanzar unos minutos por la carretera asfaltada, nos desviamos a la izquierda por una senda para evitar hacer el recorrido entero por el asfalto, ahorrándonos más o menos la mitad de los dos kilómetros que tiene en su totalidad la misma hasta Borreguiles.
La senda va ganando altura y discurre por encima de las instalaciones de los remontes mecánicos. Más adelante sobrepasamos la Loma de Dílar por el Collado de las Yeguas (2.853 m.) para dirigirnos a la Laguna del mismo nombre. Antes de llegar y coronar la misma, observamos unos preciosos borreguiles e innumerables chorreras que bajan como locos y locas a consecuencia del fuerte deshielo que se está produciendo por los calores pasados y anormales para la época de mayo en que nos encontramos. Aún me acuerdo que un año, hace ya bastante, allá por el Mioceno, cuando cerraban la temporada de esquí por el 31 de mayo, un fin de semana en el que el día 1 y 2 de junio coincidieron en sábado y domingo respectivamente, nosotros estuvimos esquiando. Pero eso son tiempos tan pasados por agua…
Cuando llegamos a la Laguna de las Yeguas (2.882 m.), ésta nos deleita con su hermosura y aguas cristalinas y muchísimos témpanos de hielo flotando como pequeños iceberg. Aunque también observamos muchos palos de color rojo de señalizaciones de las pistas y algunos restos de colchones amortiguadores de los postes metálicos flotando y que afean de veras esta laguna natural convertida en embalse por la mano del hombre y que está situada bajo la cara norte de los Tajos de la Virgen, sirviendo además de principal suministro de agua para el complejo turístico de la estación de esquí de Sierra Nevada y que no tiene nada que ver con la naturaleza de la originaria. La mano del hombre siempre dibujada en el diario del urbanismo ágil y rápido… Como eso otro etcétera de postes de los remontes que la rematan junto al gran telescopio y la construcción, con sus dos esferas mirando al cielo, de la caseta-refugio de montaña.
Continuamos el ascenso ahora por una pedregosa vereda y paralelos a un pequeño arroyo que es el aporte de los Lagunillos de la Virgen hacia los que nos dirigimos. Estos, junto con el Embalse-Laguna de las Yeguas forman la dote del nacimiento del río Dílar.
Recorridos unos cientos de metros más, accedemos a ese hermoso conjunto del terreno y paisajístico formado por borreguiles, neveros, chorreras y charcas. En donde la mezcla en la paleta de colores es impresionante; dominando los azules, blancos, verdes, ocres y grises de las pizarras y lajas. Hoy estaban aún demasiado tapados por la nieve, pero varios lagunillos se nos destapaban para enseñarnos esa naturaleza llena de sin palabras y en donde los borreguiles y verdes prados de alta montaña beben agua de las muchas lagunas por aquí existentes.
Desde este bello entorno, Los Lagunillos de la Virgen (2.983 m.) observamos el Valle del río Dílar, la Arista del Cartujo, el inconfundible e inamovible Fraile de Capileira, con su leyenda incorporada en el recuerdo, y los fantásticos Tajos de la Virgen.
La flora decir que está formada por prados de alta montaña (los llamados borreguiles), sabina rastrera y tomillo. Y como resurgiendo nuestra estrella, el Plantago nivalis Boiss, endemismo perteneciente a la Familia Plantagináceasla comunmente llamada Estrella de las Nieves. Es el auténtico símbolo de Sierra Nevada. Se dice que es la flor del amor eterno. Los enamorados las regalan para demostrar que su amor no se secará nunca, como las hojas de la estrella (aunque aún existen alrededor de 80 endemismos exclusivos y que no tienen nada que envidiarle, como son la siempreviva, dedaleras, tiraña, cincoenrama, manzanilla de la sierra, violeta y amapola de Sierra Nevada). En cuanto a la fauna existe más variedad, y también endemismos tan singulares e importantes como la mariposa Parnassius Apollo subsp Nevadensis; aunque la especie más común que predomina, y cuya población es la más numerosa de España, es la Cabra montés (Capra pyrenaica) que habita en las altas cumbres del Parque y de la que hemos avistado hoy, como ya va siendo tan habitual, un grupo de magníficos ejemplares incluso en cotas más inferiores.
Desde aquí, desde los Lagunillos de la Virgen, parte una vereda que conduce al refugio de alta montaña de Elorrieta de unos 3.181 m. (aunque no observamos muchas huellas de tránsito porque la nieve aún se impone ante la dificultad añadida de su paso). Nosotros lo dejamos para otra ocasión más favorable ya que nuestro recorrido ahora es hacia abajo. Así que con la vista puesta en la Arista del Cartujo nos dirigimos a la zona de canchales de los Torcales del Dílar para visitar su hermoso Lagunillo efímero, quedando asombrados por la transparencia y luminosidad de sus aguas.
Seguimos con nuestra marcha para a continuación desviarnos más hacia la izquierda y visitar por último el enigmático Lagunillo Misterioso (2.700 m.); una de las más bellas y a la vez desconocidas láminas de agua de Sierra Nevada, quizás por ello se mantenga en tan buen estado, y que ostenta el título de poseer, como apreciado tesoro, las aguas más frías de toda nuestra magna Sierra (entre los 3º C). Lagunillo que se nos aparece de repente, tan inesperadamente, entre grandes bloques de roca en la falda norte del Tozal del Cartujo. Aclarar como añadidura que este lagunillo es conocido también como "del Torcal" o incluso del "Carnero" (del Dílar). Laguna esta, la del Carnero, que está el la cara opuesta de la Arista del Cartujo (parte más occidental) y situada sobre una cota de nivel de 2.674 m. Así que, "con la toponimia hemos topado". Pero volvamos a nuestros pasos serranos.
Aquí, sobre el remanso de sus cristalinas aguas, hacemos el alto obligado para el avituallamiento y descanso. Más de lo acostumbrado, sobre unos tres cuartos de hora, porque el sitio se lo merecía y era como un cuento de esos de encanto. En donde también pude comprobar, haciendo la prueba del algodón, que el agua no te quita la sed por su pureza y falta de sales minerales. Vamos que tan pura no la hacen ni en los laboratorios alemanes.
Después de reponer fuerzas, con la cámara llena de instantáneas, continuamos la marcha dirigiéndonos hacia el barranco del río Dílar atravesando una gran zona de nuevos borreguiles, cascadas y chorreras de agua, para cruzarlo. Tras pasar junto a los remontes mecánicos, en donde había pastando un nutrido rebaño de vacas de color canela, ascendemos por una pista de tierra utiliza para la práctica del esquí, ya por la margen derecha del río, y por donde vamos observando a nuestra izquierda, allá enfrente a lo lejos y al otro lado del barranco, las impresionantes Chorreras de la Virgen, también conocidas como Chorreras del Molinillo, con sus dos enormes Colas de Caballo. También divisamos, conforme vamos ascendiendo y también a nuestra izquierda, El Peñón de Dílar, La Loma de los Panaderos, y al fondo hasta el Collado Chaquetas. Una vez coronada la loma, llegamos al núcleo urbano y de remontes mecánicos de Borreguiles, en donde sobre las 5 de la tarde teníamos unos 14º de temperatura más que agradable.
De aquí, por la carretera asfaltada, de nuevo hacia Cauchiles para bajar a la Virgen de las Nieves; con las manos sujetándonos las gorras porque se nos volaban a consecuencia de las fuertes ráfagas de viento y finalizar este bello recorrido, de las lagunas de esta vertiente de Sierra Nevada, en el aparcamiento de los Albergues, punto en donde habíamos dejado el vehículo aparcado. Como siempre dejo algunas fotos para el recuerdo y para cuando el calor apriete y sirvan para desahogarnos.
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DATOS BÁSICOS DE LA RUTA:
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- Itinerario: Granada, Km.35,5 de la Carretera de Sierra Nevada en vehículo. Albergues, Virgen de las Nieves, Cauchiles, Borreguiles, Laguna de las Yeguas, Lagunillos de la Virgen, Laguna del Carnero * Borreguiles –Cauchiles- Virgen de las Nieves-Albergues.
- Tipo de recorrido: circular
- Dificultad: Media/Baja
- Duración: 7 1/2 horas

- Número de participantes: 4
- Agua: En las lagunas, arroyos y chorreras visitadas, pero que al tratarse de aguas puras de alta montaña, deberemos de tratar (potabilizar y mineralizar). 

14 mayo 2006

RÍO VERDE






































































































































































































































































































RÍO VERDE
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Como hoy el calor se despertó apretando en Granada, ya a las 9 de la mañana teníamos 21º, decidimos que si había que sudar la camiseta, pues qué mejor recuerdo que hacerlo mojándonos en las aguas cristalinas de los ríos Chorreras y Verde; todo ello dentro del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.De nuevo salimos los cuatro, María Ángeles, Antonio, Nieves y este humilde comentarista y reportero gráfico. Porque eso sí, la cámara hoy no había quien me la quitara, aunque en algún descuido pues eso, lo que siempre pasa... pues dame, que tú siempre haces de paparachi!Total que, volviendo sobre el camino de la marcha, el itinerario de hoy, el de las Cascadas y Cañones del Río Verde, presenta algunas dificultades por sus innumerables subidas y bajadas y que se adaptan sin más remedio a la configuración del terreno. Pero no hay que preocuparse porque todo está muy bien señalizado y protegido con quitamiedos (los pasos que parecen arrojarse al vacío). Así que de eso se trataba, de admirar espléndidas cascadas, de atravesar angostos cañones, de tocar con los ojos el fondo de cristalinas pozas naturales de agua, de refrescarnos, de asomarse al vacío a través de bellos miradores, y sobre todo, rodearse de esa naturaleza que siempre nos espera y nos acompaña.
Hacia ella nos dirigimos hoy por la Circunvalación de Granada con dirección a Motril, para tomar la salida Padul-Otívar y continuar por la carretera A-4050 conocida popularmente como “Carretera de la Cabra” y que lleva hasta Almuñecar.Indicar que el inicio de esta carretera en la actualidad está en obras y hay que hacerse unos interminables doce kilómetros por lo menos entre el polvo como niebla. Y que para más INRI, hoy, como que la verdadera (a la niebla me refiero) nos hizo de compañera casi en toda la travesía por los barrancos. Pero bueno, esto son cosas de la naturaleza y que también se agradece cuando el Lorenzo no escuece.
Total que, allá por el kilómetro 31,2 de dicha carretera, una vez pasados los LLanos de Lopera y cruzar el único tunel del camino, y ya sobre el asfalto (2,5 km. pasado el túnel) en el ensanche que hay a la derecha, justo donde está el panel informativo de la ruta de Río Verde, es donde empieza lo bueno.
Como aclararación y consejo de esta hermosa marcha, nosotros, hemos traído hoy dos coches con el objeto de dejar uno aquí y otro en el punto final del recorrido, en el denominado Puente de Hierro. Para llegar hasta él debemos de seguir bajando por la carretera un poco más, una vez alcanzado el kilómetro 42,5 (a unos 7,5 kilómetros pasada la antigua gasolinera y mirador, para tomar un desvío a la derecha, y que no es nada más y nada menos que un carril privado de tierra de unos 5 kilómetros de largo y que previo pago de 4 Euros por persona y coche te evita tenerlo que subir cuando llegamos al citado Puente de Hierro. Y la verdad es que se agradece la derrama sobre el terreno. Como también sería de recibo que la Comunidad de Propietarios de Cázulas (propietarios según parece del coto privado), le diera por lo menos una "mano de pintura" al carril con lo que ganan (diligencia que gentilmente recomendamos a la "taquillera", a la salida, con el objeto de que se la hiciera llegar a sus jefes)
Así que, volviéndonos los cuatro en el segundo coche, subimos por la carretera y lo dejamos aparcado en el punto de inicio del itinerario y antes indicado.
Iniciamos nuestro recorrido ya a pie, como la ley del senderismo manda, en el Collado de los Chortales, en donde a pocos metros comienza la vereda ascendente por el Cerro de Martos o Cerro del Facar que pronto se desvía a la derecha en una pronunciada bajada. Si volvemos la vista hacia el Noreste veremos unos riscos calizos de imponente factura llamados "Los Poyos del Pescado", uno de los pasos utilizados en la antigüedad para el transporte del pescado en caballerías, desde la Costa a Granada. El sendero serpentea en su tramo inicial y recorre un paisaje tallado por el fuego, el agua, y el viento y discurre entre pinares jóvenes de pino pinaster y Carrasco, encina, algún quejigo en las umbrías, enebros, madroños, amelancher, torvisco, halimium, romero, aulaga y numerosas especies de labiadas aromáticas como la satureja, lavándula y otras. Todo ello acompañado con impresionantes vistas panorámicas que nos permiten divisar de Norte a Sur, el Pico de Lopera (con su caseta de vigilancia contra incendios), El Cerro Cabañeros y ya en la divisoria con la provincia de Málaga el pico de Navachica que con sus 1.831 m. es la máxima altura de la zona sur del Parque. La zona que recorremos está formada geológicamente por calizas dolomíticas descompuestas, en las que los efectos de la erosión causados por el clima, son muy acusados.
Conforme vamos bajando, el desnivel va en aumento, salvándolo a veces con elevados escalones, incluso con barandillas quitamiedos que ayudan más a la sensación de seguridad que al tránsito. Ante nuestros ojos tenemos ya la primera cascada. Es la Cascada de los Chortales, de los Árboles Petrificados o Chorreras de los Palos que casi nos quedamos como ellos al ver su trazo en la roca y su poza cristalina de agua como queriendo recoger sus huesos.
A la derecha de la Cascada existe una cueva, con algunas muestras de estalactitas y estalagmitas aún vivitas y coleando. A partir de este punto se inicia la bajada hacia el Arroyo de los Chortales, que lo patearemos por su margen derecha.
Unos cientos de metros más bajamos hasta el cauce del arroyo para cruzarlo y continuar ahora por su margen izquierda. Mas adelante, la vereda empalma con el carril de las Cabrerizas, que lo tomaremos hasta llegar a un cruce con la vereda. El carril cruza el río y unos metros antes se encuentra la Fuente de las Cabrerizas, en donde podemos refrescarnos hasta las palabras.
Regresamos al cruce, para continuar por la vereda, observando ya que la flora cambia por completo. Ahora abundan los helechos, los palmitos, los sauces, las higueras y ese siempre etcétera de flora que nos acompaña.
Cruzamos el arroyo en varias ocasiones, destacando sus pozas y aguas cristalinas. Tras una leve subida, a nuestra derecha se elevan las magníficas y grandes Cascadas de Funes . A partir de aquí comienza la práctica del Barranquismo para los amantes de dicha materia.
Tras continuar ahora en descenso llegamos a una explanada rodeada de vegetación y que tenemos que atravesar a través de un “colaero” que nos lleva de nuevo hasta el cauce para atravesarlo con cierta facilidad y ponernos en la base de un sendero, con un fuerte ascenso, para salvar unos de los cañones del arroyo. La senda se agranda tras coronarla y se abre en forma de carril, en donde observamos enormes desprendimientos de piedras. Pronto avistamos el Barranco de La Topera, y por cuya margen derecha, a nuestra izquierda, tomamos el sendero que desciende zigzagueando hasta llegar de nuevo al cauce del río. A nuestra izquierda tenemos otro premio. Una gran poza de agua cristalina y verde y que recoge las aguas de una enorme cascada, la Cascada de los Caños Cruzados. Cuyas aguas bajan retozando a través de un angosto cañón horadado por la mano de la naturaleza, ofreciendo las mismas un espectacular salto de agua muy apreciado por los amantes del barranquismo. Haciendo aquí un alto en el camino para el avituallamiento, descansar un poco,  y disfrutar de este paraje, mientras cambiamos impresiones del recorrido.
Marchando a partir de aquí y tras ello indistintamente por una margen y otra del río, cruzándolo por varios puentes colgantes (hemos contado hasta cuatro) y autorizados para cuatro personas como máximo. También pasamos junto a varios miradores y a los que merece la pena asomarse. Al llegar al último puente colgante, ya el camino se vuelve casi llano junto a grandes chopos hasta llegar al final del río Chorreras que recibe por su derecha al río Nacimiento, dando origen al famoso Río Verde. Esta unión conyugal es conocida como Junta de los Ríos, y que debemos de cruzar sin puentes y con la dificultad que opongan, según la época, el caudal de las aguas. Hoy no estaban ni para nadarlos ni para ahogarnos, que conste en el acta de la palabra.
A los pocos metros, observamos a nuestra izquierda una hermosa cascada y la toma oficial de agua hacia la localidad de Otívar.
Nosotros seguimos la marcha por la margen derecha del río, observando un ejemplar majestuoso de algarrobo, unos enormes tajos bordados a veces de curiosas formaciones calcáreas y que se levantan a un lado y otro del desfiladero. Un estrecho paraje entre dos grandes cortados de paredes verticales, en donde se desvelan parte de los secretos de la biodiversidad de Cázulas, un espacio que científicamente posee su particular denominación fitogeográfica, la unidad Cazulense, que ocupa esta sierra y la cuenca del río, en la que se suceden espacios con dos pisos bioclimáticos, termo y mesomediterráneos subhúmedos, que permiten la supervivencia de especies como el boj y otras tan características de esta zona como la Erica multiflora; una pequeña planta de bellas florecillas azules, Pinguicola vallisneriifolia, muy escasa, que tiene la particularidad de ser carnívora, como su pariente de las altas cumbres de Sierra Nevada, Pinguicola nevadensis. También crece una muy rara subespecie del tomillo granadino (Thymus granatensis subsp. micranthus) y es posible encontrar, en zonas áridas, Anthyllis tejediensis, un endemismo de este parque.
Al final, llegamos al segundo coche y que dejamos aparcado a este otro lado del Puente de Hierro.
Fin del agua y del trayecto (a pie claro, que todavía nos quedaba el tortuoso regreso en coche). Pero no era cuestión de subirse los 5 Km. de carril a pecho, porque las piernas lo agradecen y las vistas desde el carril, la verdad es que no son gran cosa, sólo se salvan la abundante vegetación en flor por estas fechas, predominando el color amarillo y no apto para toreros, y una ciudad de colmenas de tantas que existen por estas tierras. La excursión se lo merece, de veras, por lo menos acá por primavera, y una vez al año que no hace daño, habría que hacerla.
Fin del comentario y del trayecto viajero. Como siempre dejo algunas fotos para el recuento del recuerdo.
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DATOS BÁSICOS DEL RECORRIDO:
-Itinerario: Granada, Km.31, 2 de la Carretera A-4050 * "Carretera de la Cabra" - en vehículo ( dejando un segundo coche en el final del trayecto lineal de la ruta (Puente de Hierro)

-Número de participantes: 4
-Dificultad: Media
-Duración: 5 horas
-Agua: Fuente de las Cabrerizas