EL MULHACÉN
Y para arriba que tiramos, y nunca mejor dicho, tal día como hoy, 5 de agosto, día de la Virgen de las Nieves, hacia las altas cumbres de Sierra Nevada, con la intención de coronar nuestro rey nevadense: el Mulhacén. Cumbre en la que se celebra una misa en honor a la patrona de estas montañas, y a la que acuden y/o asisten montañeros, romeros, devotos, andarines o simplemente amantes de la naturaleza. Contando para ello con la apertura de la barrera que impide el paso a los vehículos sobre la zona de los Albergues-Hoya de la Mora y que continuando con esa gozada, por ese ahorro de piernas, carretera arriba te deja sobre las Posiciones del Veleta (quitándonos sobre unas dos horas y media de duro y fatigoso ascenso); concretamente justo al lado del mirador que hay para observar las impresionante vistas del Corral del Veleta y en donde otra barrera ahora si que le impide el paso a los ruidosos motores.
Siendo alrededor de las 7:45 horas cuando aparcamos nuestro vehículo. Forzosa parada que realizamos según nos vaya tocando de arriba hacia abajo por la carretera y en riguroso orden por la caravana que teníamos delante, para continuar caminando ya, tal y como manda la primera palabra del diccionario práctico del senderismo, y con dirección al Collado de la Carihuela (3.211 m.). Allí, sobre la carretera más alta de Europa, y al primer cuarto de hora de marcha, la carretera se divide en dos: a la izquierda se sube al Veleta; a la derecha, y ya sobre una pista de tierra, al refugio-vivac de la Carihuela.
Hasta hace relativamente poco, y viajando sobre el pasado, podíamos transitar por ella en utilitario hasta la Alpujarra, atravesando el Barranco de Poqueira. Hoy día ya, ni se puede, ni se podría. Primero, y gracias, a que lo hicieran Parque Natural (1.989), posteriormente P.Nacional (1.999); y segundo, debido al mal estado de la misma, ya que en algunos tramos hay enormes rocas que cortarían materialmente el paso al más “cañonero” de los 4x4.
Un poco antes de llegar a dicho Collado, el de la Carihuela, observamos a nuestra derecha que, bajo los Tajos de la Virgen (zona en donde según cuenta la leyenda se le apareció el día 5 de agosto del año 1717 la “Virgen Blanca”- como se le llama también por estos lugares a la Virgen de las Nieves - al Beneficiado de Valor y a su sirviente) había una multitud arremolinada sobre la pequeña imagen y esperando a que ese primer rayo de sol tocase el manto de la figura de la Virgen para dar comienzo la misa que también se le ofrece aquí como culto y homenaje. Tradición que data del año 1912 y que viene siendo organizada por la Cofradía de la Virgen Blanca con apoyo del Ayuntamiento de Monachil y “los Cetursa” y que saliendo en romería sobre las cuatro de la mañana desde Pradollano la alzan y la alzan hasta estos lugares llenos de misterio y de encanto.
Pero volvamos sobre nuestros pasos ya en las inmediaciones del Collado o Carihuela del Veleta que da vista a la zona Sur de Sierra Nevada (La Alpujarra), a pocos metros del Refugio de la Carihuela, en donde obtenemos las mejores instantáneas de los primeros rayos de sol asomando tras la gran montaña grisácesa, el Mulhacén, hoy más ancho que alto por dar sustento a la Blanca Patrona.
El carril comienza con un notorio descenso y al llegar a la primera curva pronunciada a la derecha, observamos que una ancha vereda parte a nuestra izquierda. Si la tomamos recorta bastante el recorrido, pero al final hay que utilizar unas cadenas ancladas a la roca para asirnos y poder cruzar por una gran pared vertical e incorporarnos de nuevo al camino carretero; hablamos del "Paso de los Guías". Pero nosotros continuamos por el carril principal. Enseguida avistamos abajo y a nuestra derecha la Laguna de Aguas Verdes, de la que nace el río Veleta.
Un poco más adelante, a nuestra izquierda y al mismo borde del carril, vemos un pequeño y trasparente lagunillo: es el Lagunillo del Veleta que cuando se desbordan sus aguas, éstas se unen al río Veleta.
Sobre nuestros sombreros y gorras tenemos los picos del Salón, Campanario y Zacatín, tres tresmiles que habitan o duermen, como mejor se prefiera, junto al Pico del Veleta; estamos en los Vasares del Veleta.
Un poco más adelante pasamos bajo el Cerro de los Machos (3.329 m.). Ahora el carril asciende suavemente para alcanzar el Collado del Lobo para descender de nuevo ligeramente.
Si observamos con detenimiento, sobre este collado, vemos que a nuestra izquierda un corte en las rocas nos desciende sobre un pequeño mirador natural y en donde, con muchísimo cuidado en donde pisamos, podemos obtener unas bellísimas instantáneas para la cámara y los ojos de este grandioso paisaje sobre el Corral del Valdeinfiernos, por donde el río Valdeinfierno se unirá aguas abajo con el Valdecasillas en la zona conocida como “El Real” y que tras el aporte un poco más abajo del Guarnón será bautizado ya como Genil “y pasar de la nieve al trigo”, como bien dijo el gran poeta granadino.
Pronto llegamos a un paso artificial practicado en la roca y en forma de una gran “U”, visible desde cientos de metros antes, es el Viso de los Crestones de Río Seco, y que nos permite continuar el camino. En este punto, a nuestra izquierda, tendríamos los llamados Crestones de Río Seco, a nuestra derecha los Raspones del mismo nombre. Una vez superado dicho paso nos encontramos en el Corral de Río Seco, con sus lagunas; siendo la más importante la Laguna de Río Seco, de donde nace el Río Seco, y de la que obtenemos una bella imagen a nuestra derecha. Paisaje que a la fuerza se queda grabado en nuestras retinas tanto por su crudeza como por la belleza indómita con la que habita. Aquí estuvo, hasta hace muy poco tiempo, instalado el Refugio de Félix Méndez y que por decisiones funestas lo derribaron, no sin antes haber pensado en la mínima ley del ahorro, el de reformarlo que hubiera sido lo más acertado; pero ya se sabe que con las cosas de las políticas, al final el usuario de a pie, y nunca mejor dicho, es el que como siempre sale perdiendo.
Al llegar a los comienzos de Loma Pelada, “Loma Pelá” para ahorrarnos energías, el carril continúa bordeando en horizontal la misma. Para evitar este rodeo, a nuestra izquierda sale una vereda que asciende hasta el collado de esta loma y que con la primera subida nada despreciable, y pasando a través de un cascajal, observamos como un nutrido rebaño de cabras montesas ni se asusta ni se inmuta con el ruido de nuestros pasos. Bajo nuestras pies tenemos la Laguna de la Caldera y al fondo el majestuoso Mulhacén como recién levantado y saliéndonos al encuentro.
Antes de descender a la laguna nos asomamos, desplazándonos unos cientos de metros a nuestra izquierda y subiendo ligeramente hasta unas rocas próximas para contemplar unas excelentes vistas sobre la vertiente Norte y en donde descubrimos, aún bajo las sombras, la impresionante Laguna Larga, cabecera del río Valdeinfierno, y junto a ella el lagunillo de La Gabata.
Volvemos sobre nuestros pasos, para tomar un estrecho sendero que sale a nuestra izquierda y que bordeando el Puntal de la Caldera a media ladera y por su cara Sur, dirigirnos con dirección E. a la zona de las lagunas y nacimiento del río Mulhacén, Laguna de la Caldera (3.030 m.) y Caldereta, que por cierto esta última estaba seca, y Refugio-Vivac de la Caldera (3.100 m.), con breve parada aquí para recargas las pilas; para posteriormente dirigirnos hacia el Collado del Ciervo (3.124 m.), único paso entre el Mulhacén y el Puntal de la Caldera y con maravillosas vistas a la Alcazaba y a la Laguna de la Mosca, en la Hoya del Mulhacén y cabecera del río Valdecasillas.
Pero ahora vendría lo bueno... Por la cara Oeste, y casi en vertical, si procede el aumento, coronamos en una hora la cumbre del Mulhacén que con sus 3.482 m. es la más alta de la Península. Pero para ello tendríamos que salvar previamente un desnivel de unos 400 m. en un kilómetro y poquísimo de distancia; total una pendiente de un 40%. Y que ahora vengan y nos lo expliquen los ingenieros...!
Abandonando este paisaje de ensueño, la nota la pone la leyenda que sitúa en la cumbre del monte la tumba de Abu-I-Hassan Alí, más conocido como Muley Hacén, penúltimo rey moro de Granada, padre del tristemente célebre Boabdil. Cuenta la historia como Boabdil se enamoró de la cristiana Isabel de Solís, que después sería la princesa Zoraya, y con la que incluso estuvo dispuesto a casarse. Muley Hacén, el padre, se enamoró también de la muchacha y se la arrebató a su hijo, viviendo con ella años de concubinato, hasta su muerte ocurrida en 1485. La muchacha convertida al islamismo y enamorada profundamente de Muley, lloró profundamente la muerte de éste ocurrida en la localidad de Almuñecar, desde donde organizó una caravana para enterrarlo en la cumbre del Mulhacén, cuyo nombre se le puso en honor a este antiguo rey moro granadino.
Pero dejando a un lado la historia hoy, y “arriba”, el bullicio era impresionante. Los montañeros, junto con los romeros, las gentes de a pie provenientes de Trevélez, de Capileira, de Granada misma, o por donde mejor subieran, habían tomado la cumbre. No cabía un alfiler más sobre este pajar de rocas y nosotros aprovechamos un despistado hueco para tomarnos el bocadillo antes de que comenzara las misa. La imagen de la Virgen ya estaba expuesta cuando coronamos el Mulhacén, allá sobre las 11:15 horas; imagen que traen desde Trevélez en cabalgadura y metida en una caja de madera. A las 12 en punto comenzó, como ya viene también aquí siendo tan habitual año tras año, la Santa Misa en homenaje a la Patrona.
Para más alegría si cabe, también nos encontramos con un antiguo vecino y montañero y que lleva subiendo y subiendo - “y ya van para cuarenta” según me soltó Antoñín y que a sus sesenta, casi me los detalla con todo lujo de detalles. También nos reencontraríamos a la vuelta, y por el mismo camino que nos trajo, con Emiliano y Pepe, dos de los guías que nos acompañaron por la travesía de Jérez del Marquesado a Trevélez y que se dirigían a la Laguna de la Mosca. Tras un efusivo cruce de manos y de abrazos, pusimos rumbo al coche y que con las puertas abiertas también nos esperaba. Serían alrededor de las 15:20 horas cuando nos pusimos los cinturones de seguridad y nos dejamos caer “cuesta abajo”.
Por último y destacar sobre la fauna, la mansa manada de cabras montesas que antes comenté y que avistamos en Loma Pelá, y una solitaria, incluso, que se acercó a escasos metros de la imagen de la Virgen en la mismísima cima del Mulhacén y mientras era oficiada la misa.
Sobre la flora, hoy comento, y sobre la instantánea que cuelgo, una de las 2.100 especies catalogadas de Sierra Nevada; la endémica Arenaria pungens Clemente, más conocida como “Diente de perro”, "mancaperros" o "Cojín de pastor"; aunque también se puede encontrar en algunas altas montañas de Marruecos. Pertenece a la familia de las Cariofiláceas (claveles, collejas...). Se presenta en forma de cojín muy espinoso de color verde y sus flores son blancas con cinco pétalos, solitarias en el extremo del tallo y muy frecuentes en la zona de la Caldera; abundando en suelos ácidos sobre esquistos y matorrales en el piso oromediterráneo (a partir de los 2.300 m.). Aunque decir tiene que también nos topamos con la encantadora Estrella de las Nieves, la Siempreviva, El Tomillo y unos diminutos ejemplares de Alfilerillos de Sierra Nevada y toda esa flora que se nos abre a nuestros pasos y que jamás nos fijamos lo bastante en ella con detalle pero que por la fuerza y suerte de la Naturaleza está más viva que coleando.
Como siempre aquí dejo algunas fotos como recuerdo, prueba y muestra de nuestros pasos. ¡Un saludo, y hasta la próxima!
*
DATOS BÁSICOS DEL RECORRIDO:
<>
-Itinerario: Granada, Km.44,5 de la Carretera de Sierra Nevada en vehículo. - Posiciones del Veleta, La Carihuela, Pista de la Alpujarra-Capileira, Loma Pelá, Laguna de la Caldera, Collado del Ciervo, Mulhacén - Regreso: viceversa.
Y para arriba que tiramos, y nunca mejor dicho, tal día como hoy, 5 de agosto, día de la Virgen de las Nieves, hacia las altas cumbres de Sierra Nevada, con la intención de coronar nuestro rey nevadense: el Mulhacén. Cumbre en la que se celebra una misa en honor a la patrona de estas montañas, y a la que acuden y/o asisten montañeros, romeros, devotos, andarines o simplemente amantes de la naturaleza. Contando para ello con la apertura de la barrera que impide el paso a los vehículos sobre la zona de los Albergues-Hoya de la Mora y que continuando con esa gozada, por ese ahorro de piernas, carretera arriba te deja sobre las Posiciones del Veleta (quitándonos sobre unas dos horas y media de duro y fatigoso ascenso); concretamente justo al lado del mirador que hay para observar las impresionante vistas del Corral del Veleta y en donde otra barrera ahora si que le impide el paso a los ruidosos motores.
Siendo alrededor de las 7:45 horas cuando aparcamos nuestro vehículo. Forzosa parada que realizamos según nos vaya tocando de arriba hacia abajo por la carretera y en riguroso orden por la caravana que teníamos delante, para continuar caminando ya, tal y como manda la primera palabra del diccionario práctico del senderismo, y con dirección al Collado de la Carihuela (3.211 m.). Allí, sobre la carretera más alta de Europa, y al primer cuarto de hora de marcha, la carretera se divide en dos: a la izquierda se sube al Veleta; a la derecha, y ya sobre una pista de tierra, al refugio-vivac de la Carihuela.
Hasta hace relativamente poco, y viajando sobre el pasado, podíamos transitar por ella en utilitario hasta la Alpujarra, atravesando el Barranco de Poqueira. Hoy día ya, ni se puede, ni se podría. Primero, y gracias, a que lo hicieran Parque Natural (1.989), posteriormente P.Nacional (1.999); y segundo, debido al mal estado de la misma, ya que en algunos tramos hay enormes rocas que cortarían materialmente el paso al más “cañonero” de los 4x4.
Un poco antes de llegar a dicho Collado, el de la Carihuela, observamos a nuestra derecha que, bajo los Tajos de la Virgen (zona en donde según cuenta la leyenda se le apareció el día 5 de agosto del año 1717 la “Virgen Blanca”- como se le llama también por estos lugares a la Virgen de las Nieves - al Beneficiado de Valor y a su sirviente) había una multitud arremolinada sobre la pequeña imagen y esperando a que ese primer rayo de sol tocase el manto de la figura de la Virgen para dar comienzo la misa que también se le ofrece aquí como culto y homenaje. Tradición que data del año 1912 y que viene siendo organizada por la Cofradía de la Virgen Blanca con apoyo del Ayuntamiento de Monachil y “los Cetursa” y que saliendo en romería sobre las cuatro de la mañana desde Pradollano la alzan y la alzan hasta estos lugares llenos de misterio y de encanto.
Pero volvamos sobre nuestros pasos ya en las inmediaciones del Collado o Carihuela del Veleta que da vista a la zona Sur de Sierra Nevada (La Alpujarra), a pocos metros del Refugio de la Carihuela, en donde obtenemos las mejores instantáneas de los primeros rayos de sol asomando tras la gran montaña grisácesa, el Mulhacén, hoy más ancho que alto por dar sustento a la Blanca Patrona.
El carril comienza con un notorio descenso y al llegar a la primera curva pronunciada a la derecha, observamos que una ancha vereda parte a nuestra izquierda. Si la tomamos recorta bastante el recorrido, pero al final hay que utilizar unas cadenas ancladas a la roca para asirnos y poder cruzar por una gran pared vertical e incorporarnos de nuevo al camino carretero; hablamos del "Paso de los Guías". Pero nosotros continuamos por el carril principal. Enseguida avistamos abajo y a nuestra derecha la Laguna de Aguas Verdes, de la que nace el río Veleta.
Un poco más adelante, a nuestra izquierda y al mismo borde del carril, vemos un pequeño y trasparente lagunillo: es el Lagunillo del Veleta que cuando se desbordan sus aguas, éstas se unen al río Veleta.
Sobre nuestros sombreros y gorras tenemos los picos del Salón, Campanario y Zacatín, tres tresmiles que habitan o duermen, como mejor se prefiera, junto al Pico del Veleta; estamos en los Vasares del Veleta.
Un poco más adelante pasamos bajo el Cerro de los Machos (3.329 m.). Ahora el carril asciende suavemente para alcanzar el Collado del Lobo para descender de nuevo ligeramente.
Si observamos con detenimiento, sobre este collado, vemos que a nuestra izquierda un corte en las rocas nos desciende sobre un pequeño mirador natural y en donde, con muchísimo cuidado en donde pisamos, podemos obtener unas bellísimas instantáneas para la cámara y los ojos de este grandioso paisaje sobre el Corral del Valdeinfiernos, por donde el río Valdeinfierno se unirá aguas abajo con el Valdecasillas en la zona conocida como “El Real” y que tras el aporte un poco más abajo del Guarnón será bautizado ya como Genil “y pasar de la nieve al trigo”, como bien dijo el gran poeta granadino.
Pronto llegamos a un paso artificial practicado en la roca y en forma de una gran “U”, visible desde cientos de metros antes, es el Viso de los Crestones de Río Seco, y que nos permite continuar el camino. En este punto, a nuestra izquierda, tendríamos los llamados Crestones de Río Seco, a nuestra derecha los Raspones del mismo nombre. Una vez superado dicho paso nos encontramos en el Corral de Río Seco, con sus lagunas; siendo la más importante la Laguna de Río Seco, de donde nace el Río Seco, y de la que obtenemos una bella imagen a nuestra derecha. Paisaje que a la fuerza se queda grabado en nuestras retinas tanto por su crudeza como por la belleza indómita con la que habita. Aquí estuvo, hasta hace muy poco tiempo, instalado el Refugio de Félix Méndez y que por decisiones funestas lo derribaron, no sin antes haber pensado en la mínima ley del ahorro, el de reformarlo que hubiera sido lo más acertado; pero ya se sabe que con las cosas de las políticas, al final el usuario de a pie, y nunca mejor dicho, es el que como siempre sale perdiendo.
Al llegar a los comienzos de Loma Pelada, “Loma Pelá” para ahorrarnos energías, el carril continúa bordeando en horizontal la misma. Para evitar este rodeo, a nuestra izquierda sale una vereda que asciende hasta el collado de esta loma y que con la primera subida nada despreciable, y pasando a través de un cascajal, observamos como un nutrido rebaño de cabras montesas ni se asusta ni se inmuta con el ruido de nuestros pasos. Bajo nuestras pies tenemos la Laguna de la Caldera y al fondo el majestuoso Mulhacén como recién levantado y saliéndonos al encuentro.
Antes de descender a la laguna nos asomamos, desplazándonos unos cientos de metros a nuestra izquierda y subiendo ligeramente hasta unas rocas próximas para contemplar unas excelentes vistas sobre la vertiente Norte y en donde descubrimos, aún bajo las sombras, la impresionante Laguna Larga, cabecera del río Valdeinfierno, y junto a ella el lagunillo de La Gabata.
Volvemos sobre nuestros pasos, para tomar un estrecho sendero que sale a nuestra izquierda y que bordeando el Puntal de la Caldera a media ladera y por su cara Sur, dirigirnos con dirección E. a la zona de las lagunas y nacimiento del río Mulhacén, Laguna de la Caldera (3.030 m.) y Caldereta, que por cierto esta última estaba seca, y Refugio-Vivac de la Caldera (3.100 m.), con breve parada aquí para recargas las pilas; para posteriormente dirigirnos hacia el Collado del Ciervo (3.124 m.), único paso entre el Mulhacén y el Puntal de la Caldera y con maravillosas vistas a la Alcazaba y a la Laguna de la Mosca, en la Hoya del Mulhacén y cabecera del río Valdecasillas.
Pero ahora vendría lo bueno... Por la cara Oeste, y casi en vertical, si procede el aumento, coronamos en una hora la cumbre del Mulhacén que con sus 3.482 m. es la más alta de la Península. Pero para ello tendríamos que salvar previamente un desnivel de unos 400 m. en un kilómetro y poquísimo de distancia; total una pendiente de un 40%. Y que ahora vengan y nos lo expliquen los ingenieros...!
Abandonando este paisaje de ensueño, la nota la pone la leyenda que sitúa en la cumbre del monte la tumba de Abu-I-Hassan Alí, más conocido como Muley Hacén, penúltimo rey moro de Granada, padre del tristemente célebre Boabdil. Cuenta la historia como Boabdil se enamoró de la cristiana Isabel de Solís, que después sería la princesa Zoraya, y con la que incluso estuvo dispuesto a casarse. Muley Hacén, el padre, se enamoró también de la muchacha y se la arrebató a su hijo, viviendo con ella años de concubinato, hasta su muerte ocurrida en 1485. La muchacha convertida al islamismo y enamorada profundamente de Muley, lloró profundamente la muerte de éste ocurrida en la localidad de Almuñecar, desde donde organizó una caravana para enterrarlo en la cumbre del Mulhacén, cuyo nombre se le puso en honor a este antiguo rey moro granadino.
Pero dejando a un lado la historia hoy, y “arriba”, el bullicio era impresionante. Los montañeros, junto con los romeros, las gentes de a pie provenientes de Trevélez, de Capileira, de Granada misma, o por donde mejor subieran, habían tomado la cumbre. No cabía un alfiler más sobre este pajar de rocas y nosotros aprovechamos un despistado hueco para tomarnos el bocadillo antes de que comenzara las misa. La imagen de la Virgen ya estaba expuesta cuando coronamos el Mulhacén, allá sobre las 11:15 horas; imagen que traen desde Trevélez en cabalgadura y metida en una caja de madera. A las 12 en punto comenzó, como ya viene también aquí siendo tan habitual año tras año, la Santa Misa en homenaje a la Patrona.
Para más alegría si cabe, también nos encontramos con un antiguo vecino y montañero y que lleva subiendo y subiendo - “y ya van para cuarenta” según me soltó Antoñín y que a sus sesenta, casi me los detalla con todo lujo de detalles. También nos reencontraríamos a la vuelta, y por el mismo camino que nos trajo, con Emiliano y Pepe, dos de los guías que nos acompañaron por la travesía de Jérez del Marquesado a Trevélez y que se dirigían a la Laguna de la Mosca. Tras un efusivo cruce de manos y de abrazos, pusimos rumbo al coche y que con las puertas abiertas también nos esperaba. Serían alrededor de las 15:20 horas cuando nos pusimos los cinturones de seguridad y nos dejamos caer “cuesta abajo”.
Por último y destacar sobre la fauna, la mansa manada de cabras montesas que antes comenté y que avistamos en Loma Pelá, y una solitaria, incluso, que se acercó a escasos metros de la imagen de la Virgen en la mismísima cima del Mulhacén y mientras era oficiada la misa.
Sobre la flora, hoy comento, y sobre la instantánea que cuelgo, una de las 2.100 especies catalogadas de Sierra Nevada; la endémica Arenaria pungens Clemente, más conocida como “Diente de perro”, "mancaperros" o "Cojín de pastor"; aunque también se puede encontrar en algunas altas montañas de Marruecos. Pertenece a la familia de las Cariofiláceas (claveles, collejas...). Se presenta en forma de cojín muy espinoso de color verde y sus flores son blancas con cinco pétalos, solitarias en el extremo del tallo y muy frecuentes en la zona de la Caldera; abundando en suelos ácidos sobre esquistos y matorrales en el piso oromediterráneo (a partir de los 2.300 m.). Aunque decir tiene que también nos topamos con la encantadora Estrella de las Nieves, la Siempreviva, El Tomillo y unos diminutos ejemplares de Alfilerillos de Sierra Nevada y toda esa flora que se nos abre a nuestros pasos y que jamás nos fijamos lo bastante en ella con detalle pero que por la fuerza y suerte de la Naturaleza está más viva que coleando.
Como siempre aquí dejo algunas fotos como recuerdo, prueba y muestra de nuestros pasos. ¡Un saludo, y hasta la próxima!
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DATOS BÁSICOS DEL RECORRIDO:
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-Itinerario: Granada, Km.44,5 de la Carretera de Sierra Nevada en vehículo. - Posiciones del Veleta, La Carihuela, Pista de la Alpujarra-Capileira, Loma Pelá, Laguna de la Caldera, Collado del Ciervo, Mulhacén - Regreso: viceversa.
-Número de participantes: 5
-Dificultad: Alta
-Duración: 6 1/2 horas
-Distancia del recorrido: 20 km.
-Agua: llevar
-Distancia del recorrido: 20 km.
-Agua: llevar