POR LOS TAJOS Y LA PRESA DE ALHAMA
Hoy, día 1 de noviembre, decidimos realizar este corto, pero interesante y placentero recorrido que transcurre junto al curso del río Alhama. Así que allá que nos encaminamos desde Granada tomando la A-92 con dirección a Sevilla y desviándonos por la salida 211 (Moraleda de Zafayona-Alhama de Granada) para continuar por la A-402, que por cierto está en obras (cómo nos íbamos a librar de ellas…) pasando por las poblaciones de Moraleda de Zafayona (anejo de Alhama) y Santa Cruz del Comercio. A unos escasos kilómetros antes de llegar a Alhama, tenemos una magnífica panorámica del pueblo, con la Sierra de Tejeda al fondo. Dejando atrás el cementerio de la ciudad, enseguida llegamos al núcleo úrbano, habiendo recorrido en vehículo alrededor de unos 56 km. de distancia desde Granada. Decir Alhama, es como pronunciar sus orígenes, es decir "al-Hamma" refiriéndose con su palabra en árabe a sus Baños Termales y al significado más antiguo de sus aguas.
Bueno, y volviendo al camino, que es de lo que trataba, el corto, didáctico y recreativo paseo de hoy es un itinerario lineal, de fácil y cómodo trazado y muy bien señalizado, tanto por el desgaste del mismo ocasionado por los caminantes, como por los paneles informativos (aunque estén en muy mal estado de conservación, porque todo hay que decirlo y la mano del hombre, pues como que por aquí se descubre y se derrama).
Pero en fin que, y regresando de nuevo al principio del recorrido, el sendero parte junto al primer cartel informativo, muy cerca de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, junto al Mirador de los Tajos.
Aquí podemos obtener una magnífica perspectiva concentrando el paisaje en torno a todo lo que la vista alcanza: Los Molinos, el río Alhama o Marchán (formado por la unión, a unos 5 Km. antes de llegar a Alhama, de los ríos Nacimientos y Cerezal), los propios Tajos (consecuencia directa de su disposición tectónica y la acción erosiva de las aguas del río), y la espesa arboleda, que, a pesar del calor, andaba ya vestida con su mejor vestido otoñal.
Iniciamos la caminata con un fuerte descenso por la calle empedrada y como en remolino “Ribera de los Molinos” para hacer justicia a su nombre y la que nos sitúa en la zona conocida como la de los Molinos. A nuestra izquierda y junto al río queda el “Molino- Fábrica de Harina de San Francisco” (aunque en un lamentable estado de conservación por cierto) , observando allá abajo, a pesar de estar bastante tapados por la espesa arboleda, la existencia de otros tantos más; algunos, al parecer, recientemente restaurados.
Avanzando por la margen izquierda del río Alhama y por un sendero de tierra, perfectamente reconocible, nos vamos encontrando hasta un total de 8 paneles informativos, aunque como dije algunos ni con texto ni imágenes, y que seguramente daban a conocer al caminante información acerca de dichos parajes y sus alrededores.
Seguidamente cruzamos por una zona en donde vemos unas enormes rocas, probablemente desprendidas de los tajos y a consecuencia del terremoto que sufrió esta ciudad allá por el año 1884.
Seguimos la marcha y mientras caminamos vamos viendo cómo los álamos y chopos, junto al río en la lejanía, amarillean dejándonos ese regalo para la vista. También descubrimos algunas casas-cuevas abandonadas a la mano de la naturaleza. Pero una de ellas destaca por su blancura. Se trata de la Ermita-Cueva Ntra.Sra.de los Ángeles y que según consta en una inscripción encima de su puerta, data del año 1500 y fue restaurada en 1888 (seguramente después del mencionado terremoto). A partir de aquí el sendero se agranda, para convertirse prácticamente en un carril- motero, porque eso también hay que padecerlo... Y aquí no se libran ni los pájaros.
Durante este recorrido hemos podido observar, respirar y fotografiar infinidad de plantas, árboles y floresta: salvia, mejorana, majoletos, escaramujos, retama, esparragueras, sauces, chopos, álamos, almecinos, higueras, pinos, fresnos, almendros.
Al llegar a una bifurcación de caminos, nosotros tomamos el de la izquierda para atravesar un puente de madera que nos deja en la otra margen del río, la derecha. Al otro lado dejamos una bonita alameda y a nuestra izquierda enseguida vemos unas construcciones de captación de aguas en donde se regula el Trasvase del río Alhama al Pantano de los Bermejales. Continuamos la marcha y desembocamos ya en una carretera asfaltada. Si giramos a la derecha nos posicionamos justo encima del puente frente al aliviadero-dique de la Pantaneta; y si continuamos unos cientos de metros más (cosa que haríamos para hacer hora para el almuerzo), se continua con la senda que está señalizada debidamente y que hace un recorrido, rodeando la presa por su lateral derecho. Al final llega a una gran explanada en donde en su margen izquierda hay una caseta observadora de aves. Aquí, en esta interesante pantaneta (humedal artifical catalogado), abundan las fochas, y algunos ejemplares de ánades reales, zampullines y cercetas, según consta en el panel informativo. Qué lástima de no haber traído los prismáticos…! Pero bueno a simple vista los podemos fotografiar y como en casa. Porque aquí, la abundancia de agua y vegetación, todo les invita a quedarse.
Pero nosotros, volviendo sobre nuestros pasos, posicionándonos en el punto en donde la vereda desembocó en el asfalto, y ya cumplida la hora del “ángelus”, "seguimos el rastro" hacia la “Hospedería el Ventorro”, en donde paramos para degustar esos platos típicos que se buscan y encuentran como un tesoro y que tenemos tan cerca, "delante de nuestra puerta". Así que aquí va la entrada a la mina de oro: de primero, ensalada de pimientos rojos; de segundo olla jameña y choto al ajillo; y de postre bienmesabe de las monjas clarisas (con vino del lugar y cafés incluidos).
El camino de regreso, lo haríamos volviendo sobre nuestros pasos, pero a ese precio consabido: degustando la tarde, ahora como continuación del paisaje, aguas abajo del río.
Hoy, día 1 de noviembre, decidimos realizar este corto, pero interesante y placentero recorrido que transcurre junto al curso del río Alhama. Así que allá que nos encaminamos desde Granada tomando la A-92 con dirección a Sevilla y desviándonos por la salida 211 (Moraleda de Zafayona-Alhama de Granada) para continuar por la A-402, que por cierto está en obras (cómo nos íbamos a librar de ellas…) pasando por las poblaciones de Moraleda de Zafayona (anejo de Alhama) y Santa Cruz del Comercio. A unos escasos kilómetros antes de llegar a Alhama, tenemos una magnífica panorámica del pueblo, con la Sierra de Tejeda al fondo. Dejando atrás el cementerio de la ciudad, enseguida llegamos al núcleo úrbano, habiendo recorrido en vehículo alrededor de unos 56 km. de distancia desde Granada. Decir Alhama, es como pronunciar sus orígenes, es decir "al-Hamma" refiriéndose con su palabra en árabe a sus Baños Termales y al significado más antiguo de sus aguas.
Bueno, y volviendo al camino, que es de lo que trataba, el corto, didáctico y recreativo paseo de hoy es un itinerario lineal, de fácil y cómodo trazado y muy bien señalizado, tanto por el desgaste del mismo ocasionado por los caminantes, como por los paneles informativos (aunque estén en muy mal estado de conservación, porque todo hay que decirlo y la mano del hombre, pues como que por aquí se descubre y se derrama).
Pero en fin que, y regresando de nuevo al principio del recorrido, el sendero parte junto al primer cartel informativo, muy cerca de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, junto al Mirador de los Tajos.
Aquí podemos obtener una magnífica perspectiva concentrando el paisaje en torno a todo lo que la vista alcanza: Los Molinos, el río Alhama o Marchán (formado por la unión, a unos 5 Km. antes de llegar a Alhama, de los ríos Nacimientos y Cerezal), los propios Tajos (consecuencia directa de su disposición tectónica y la acción erosiva de las aguas del río), y la espesa arboleda, que, a pesar del calor, andaba ya vestida con su mejor vestido otoñal.
Iniciamos la caminata con un fuerte descenso por la calle empedrada y como en remolino “Ribera de los Molinos” para hacer justicia a su nombre y la que nos sitúa en la zona conocida como la de los Molinos. A nuestra izquierda y junto al río queda el “Molino- Fábrica de Harina de San Francisco” (aunque en un lamentable estado de conservación por cierto) , observando allá abajo, a pesar de estar bastante tapados por la espesa arboleda, la existencia de otros tantos más; algunos, al parecer, recientemente restaurados.
Avanzando por la margen izquierda del río Alhama y por un sendero de tierra, perfectamente reconocible, nos vamos encontrando hasta un total de 8 paneles informativos, aunque como dije algunos ni con texto ni imágenes, y que seguramente daban a conocer al caminante información acerca de dichos parajes y sus alrededores.
Seguidamente cruzamos por una zona en donde vemos unas enormes rocas, probablemente desprendidas de los tajos y a consecuencia del terremoto que sufrió esta ciudad allá por el año 1884.
Seguimos la marcha y mientras caminamos vamos viendo cómo los álamos y chopos, junto al río en la lejanía, amarillean dejándonos ese regalo para la vista. También descubrimos algunas casas-cuevas abandonadas a la mano de la naturaleza. Pero una de ellas destaca por su blancura. Se trata de la Ermita-Cueva Ntra.Sra.de los Ángeles y que según consta en una inscripción encima de su puerta, data del año 1500 y fue restaurada en 1888 (seguramente después del mencionado terremoto). A partir de aquí el sendero se agranda, para convertirse prácticamente en un carril- motero, porque eso también hay que padecerlo... Y aquí no se libran ni los pájaros.
Durante este recorrido hemos podido observar, respirar y fotografiar infinidad de plantas, árboles y floresta: salvia, mejorana, majoletos, escaramujos, retama, esparragueras, sauces, chopos, álamos, almecinos, higueras, pinos, fresnos, almendros.
Al llegar a una bifurcación de caminos, nosotros tomamos el de la izquierda para atravesar un puente de madera que nos deja en la otra margen del río, la derecha. Al otro lado dejamos una bonita alameda y a nuestra izquierda enseguida vemos unas construcciones de captación de aguas en donde se regula el Trasvase del río Alhama al Pantano de los Bermejales. Continuamos la marcha y desembocamos ya en una carretera asfaltada. Si giramos a la derecha nos posicionamos justo encima del puente frente al aliviadero-dique de la Pantaneta; y si continuamos unos cientos de metros más (cosa que haríamos para hacer hora para el almuerzo), se continua con la senda que está señalizada debidamente y que hace un recorrido, rodeando la presa por su lateral derecho. Al final llega a una gran explanada en donde en su margen izquierda hay una caseta observadora de aves. Aquí, en esta interesante pantaneta (humedal artifical catalogado), abundan las fochas, y algunos ejemplares de ánades reales, zampullines y cercetas, según consta en el panel informativo. Qué lástima de no haber traído los prismáticos…! Pero bueno a simple vista los podemos fotografiar y como en casa. Porque aquí, la abundancia de agua y vegetación, todo les invita a quedarse.
Pero nosotros, volviendo sobre nuestros pasos, posicionándonos en el punto en donde la vereda desembocó en el asfalto, y ya cumplida la hora del “ángelus”, "seguimos el rastro" hacia la “Hospedería el Ventorro”, en donde paramos para degustar esos platos típicos que se buscan y encuentran como un tesoro y que tenemos tan cerca, "delante de nuestra puerta". Así que aquí va la entrada a la mina de oro: de primero, ensalada de pimientos rojos; de segundo olla jameña y choto al ajillo; y de postre bienmesabe de las monjas clarisas (con vino del lugar y cafés incluidos).
El camino de regreso, lo haríamos volviendo sobre nuestros pasos, pero a ese precio consabido: degustando la tarde, ahora como continuación del paisaje, aguas abajo del río.
Como el paseo es corto, se recomienda completarlo visitando algunos de los innumerables monumentos existentes en esta ilustre ciudad tanto de la época de la conquista cristiana como los de la época árabe o romana; así como otros muchos vestigios que destacan: restos del Neolítico en los márgenes del río Marchán, en las proximidades del casco histórico, junto a los baños termales, etc. Apuntando además que esta localidad es punto obligado de paso en dos de las rutas del Legado Andalusí: la ruta de Ibn Battuta y del escritor norteamericano Washington Irving.
Significar tengo que a la vuelta en coche, y antes de abandonar esta hermosa ciudad, pararíamos en sus Baños Termales (tomando un desvío que hay a la izquierda, antes de cruzar el puente, haciendo una pequeña parada en su entrada; para al regresar, posteriormente a este desvío, tomar una senda señalizada como “Vereda de Alhama a Cacín y Ventas de Huelma” y poder visitar el magnífico puente romano de las termas de Artigi (Alhama) que aún se conserva en muy buen estado por cierto, aunque se halla un poco escondido y difícil por tanto de localizar.
Desde aquí, y al poco, y para no volver por la tortuosa carretera en obras que nos trajo, tomamos la A-338 con dirección al pantano de los Bermejales, al que visitamos en una breve parada, para continuar por dicha carretera y atravesando las poblaciones de Agrón y Ventas de Huelma, terminamos, girando a la izquierda en el próximo cruce, tomando la A-385 hacia Santa Fé. De aquí de nuevo por la A-92 a Granada.
Como siempre dejo algunas instantáneas como prueba y esperanza de que ese sabor del paisaje, nos lleve y nos traiga, como siempre con nuestros pasos como únicas armas.
*
DATOS BÁSICOS DE LA RUTA:
- Accesos: Granada - Autovía de Andalucía -"A-92" - Salida 211 hacia Alhama de Granada en vehículo. Significar tengo que a la vuelta en coche, y antes de abandonar esta hermosa ciudad, pararíamos en sus Baños Termales (tomando un desvío que hay a la izquierda, antes de cruzar el puente, haciendo una pequeña parada en su entrada; para al regresar, posteriormente a este desvío, tomar una senda señalizada como “Vereda de Alhama a Cacín y Ventas de Huelma” y poder visitar el magnífico puente romano de las termas de Artigi (Alhama) que aún se conserva en muy buen estado por cierto, aunque se halla un poco escondido y difícil por tanto de localizar.
Desde aquí, y al poco, y para no volver por la tortuosa carretera en obras que nos trajo, tomamos la A-338 con dirección al pantano de los Bermejales, al que visitamos en una breve parada, para continuar por dicha carretera y atravesando las poblaciones de Agrón y Ventas de Huelma, terminamos, girando a la izquierda en el próximo cruce, tomando la A-385 hacia Santa Fé. De aquí de nuevo por la A-92 a Granada.
Como siempre dejo algunas instantáneas como prueba y esperanza de que ese sabor del paisaje, nos lleve y nos traiga, como siempre con nuestros pasos como únicas armas.
*
DATOS BÁSICOS DE LA RUTA:
- Ruta: Por los Tajos y Presa de Alhama.
- Trayecto: lineal
- Distancia del recorrido: alrededor de unos 6 km.aprox. (ida y vuelta)
- Dificultad: Baja
- Duración: algo menos de 2 h. ("fotografiando y fotografiando")
- Número de participantes: 2
- Agua: se puede tomar de la fuente que hay junto a la Iglesia Ntra.del Carmen.
1 comentario:
Hey There. I found your blog using msn.
This is a very well written article. I'll make sure to bookmark it and come back to read more of your useful info. Thanks for the post. I'll certainly comeback.
Visit my webpage :: ジョーダン
Publicar un comentario