Iniciamos esta nueva temporada de senderismo hoy domingo, día uno de octubre, después de un caluroso verano, dando un pequeño paseo para visitar la Abadía del Sacromonte situada sobre el monte Valparaíso al final del Camino de las Siete Cuestas y la Ermita de San Miguel Alto situada sobre el Cerro del Aceituno, y que hoy estaba por cierto de fiesta en alza.
Salimos sobre las nueve y media de la mañana desde Plaza Nueva, tomando el Paseo de los Tristes para cruzar el puente que hay al final del mismo e iniciar el ascenso por la Cuesta de los Chinos con dirección hacia la Alhambra. Cuesta que desemboca en las Mimbres y que nosotros dejamos atrás torciendo a la izquierda para dirigirnos hacia la archiconocida Silla del Moro.
Una vez posicionados en ella, sin sentarnos claro, y después de tomar ese merecido descanso traducido en un pequeño respiro, tomamos la Vereda de la Acequia Real que da suministro a la Alhambra y desde donde observamos unas majestuosas vistas del Sacromonte. Continuamos por dicha vereda hasta descender por otra más pequeña que nos sale a nuestra izquierda y que en forma de cascada, y nunca mejor dicho, nos baja al Cortijo de los Teatinos. Desde aquí seguimos por un carril de tierra hasta enlazar con el Camino de Beas, calle asfaltada del Sacromonte, y que subiendo después por la Cuesta de los Coches nos lleva directamente a la Abadía del Sacromonte. Abadía que hoy estaba abierta porque era la hora de la Misa. Llama la atención la cantidad de simbología existente, representada en la estrella de Salomón, que hay por todas partes e incrustadas por toda la Abadía: artesonado, viejos bancos de madera, paredes, forjados, incluso en algunas papeleras en su exterior y en donde nos paramos para tirar magníficas instantáneas de nuestra bella ciudad de Granada, de la Alhambra y de Jesús del Valle, no sin antes pasar por su monumental puerta con su triple arco como estandarte y la historia que nos arrastra hasta aquel hallazgo de los famosos libros plúmbeos.
Abandonamos la Abadía para subir por la carretera asfaltada que sube hacia el Fargue, girando por el primer sendero que nos encontramos a nuestra izquierda y que después de atravesar varios barrancos nos deja ver la Ermita de San Miguel Alto situada en la cumbre del Cerro del mismo nombre, también llamado el del Aceituno.
Una vez situados en las proximidades de la Ermita tomamos otro respiro y un merecido refrigerio y nos integramos en la romería que hoy se celebraba en honor de su Patrón. El bullicio era impresionante y los puestos ambulantes rebosaban de frutos del tiempo como el membrillo, majoletas, aceraolas, azufaifas...
Salimos sobre las nueve y media de la mañana desde Plaza Nueva, tomando el Paseo de los Tristes para cruzar el puente que hay al final del mismo e iniciar el ascenso por la Cuesta de los Chinos con dirección hacia la Alhambra. Cuesta que desemboca en las Mimbres y que nosotros dejamos atrás torciendo a la izquierda para dirigirnos hacia la archiconocida Silla del Moro.
Una vez posicionados en ella, sin sentarnos claro, y después de tomar ese merecido descanso traducido en un pequeño respiro, tomamos la Vereda de la Acequia Real que da suministro a la Alhambra y desde donde observamos unas majestuosas vistas del Sacromonte. Continuamos por dicha vereda hasta descender por otra más pequeña que nos sale a nuestra izquierda y que en forma de cascada, y nunca mejor dicho, nos baja al Cortijo de los Teatinos. Desde aquí seguimos por un carril de tierra hasta enlazar con el Camino de Beas, calle asfaltada del Sacromonte, y que subiendo después por la Cuesta de los Coches nos lleva directamente a la Abadía del Sacromonte. Abadía que hoy estaba abierta porque era la hora de la Misa. Llama la atención la cantidad de simbología existente, representada en la estrella de Salomón, que hay por todas partes e incrustadas por toda la Abadía: artesonado, viejos bancos de madera, paredes, forjados, incluso en algunas papeleras en su exterior y en donde nos paramos para tirar magníficas instantáneas de nuestra bella ciudad de Granada, de la Alhambra y de Jesús del Valle, no sin antes pasar por su monumental puerta con su triple arco como estandarte y la historia que nos arrastra hasta aquel hallazgo de los famosos libros plúmbeos.
Abandonamos la Abadía para subir por la carretera asfaltada que sube hacia el Fargue, girando por el primer sendero que nos encontramos a nuestra izquierda y que después de atravesar varios barrancos nos deja ver la Ermita de San Miguel Alto situada en la cumbre del Cerro del mismo nombre, también llamado el del Aceituno.
Una vez situados en las proximidades de la Ermita tomamos otro respiro y un merecido refrigerio y nos integramos en la romería que hoy se celebraba en honor de su Patrón. El bullicio era impresionante y los puestos ambulantes rebosaban de frutos del tiempo como el membrillo, majoletas, aceraolas, azufaifas...
San Miguel Alto domina toda la ciudad, tanto la Alhambra como el Albaicín. Desde la izquierda, divisamos el campanario puntiagudo de Santa Maria de la Alhambra, el bloque masivo del Palacio de Carlos V, los Palacios Nazaríes y la Alcazaba. Abajo a la derecha, el Albaicín. La Colegiata de San Salvador ocupa el primer plano. En frente también tenemos la Iglesia de Santa Isabel La Real y la de San Cristobal más alejada. Abajo a nuestros pies tenemos la destruída Iglesia de San Luis y un poco más arriba sobre nuestra vista, la Iglesia de San Nicolás, brillantemente encalada, con sus contrafuertes y famoso mirador. Y en lo alto, la Catedral con su único campanario.
Encerrado el Santo, bajamos por la cuesta que pasa junto a las murallas árabes para salir a las inmediaciones de la Plaza del Aliatar. Serían sobre las una y media cuando damos por terminado el paseo. Ahora tocaba refrigerarse por dentro que el calor parece que no; que no nos quiere abandonar sin dejarnos su fundador antes la piel como la del color de los perolillos de cobre.
Hasta la próxima quedamos. Eso sí y contando que ya vaya enserio esto de la distancia de los pasos. Pero bueno la de hoy... Como para ir abriendo piernas y el apetito de los pasos. Y como muestra dejo unas cuantas instantáneas como siempre de ese momento, por el que el caminar es el motor que nos empuja hacia todo esto…
Encerrado el Santo, bajamos por la cuesta que pasa junto a las murallas árabes para salir a las inmediaciones de la Plaza del Aliatar. Serían sobre las una y media cuando damos por terminado el paseo. Ahora tocaba refrigerarse por dentro que el calor parece que no; que no nos quiere abandonar sin dejarnos su fundador antes la piel como la del color de los perolillos de cobre.
Hasta la próxima quedamos. Eso sí y contando que ya vaya enserio esto de la distancia de los pasos. Pero bueno la de hoy... Como para ir abriendo piernas y el apetito de los pasos. Y como muestra dejo unas cuantas instantáneas como siempre de ese momento, por el que el caminar es el motor que nos empuja hacia todo esto…
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-Itinerario: Plaza Nueva de Granada, Paseo de los Tristres, Cuesta de los Chinos, Silla del Moro, Vereda de la Acequia Real de la Alhambra, Cortijo de los Teatinos, Camino de Beas, Abadía del Sacromonte, Cerro del Aceituno, Ermita de San Miguel Alto, Plaza del Aliatar del Albaycín.
-Número de participantes: 7
-Dificultad: Baja
-Duración: 4 horas
-Agua: Abadía del Sacromonte - Fuente del Aceituno.
-Número de participantes: 7
-Dificultad: Baja
-Duración: 4 horas
-Agua: Abadía del Sacromonte - Fuente del Aceituno.
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