08 octubre 2006

LA MORRA















LA MORRA

Una vez más nos dirigimos hacia una de las estribaciones más accesibles y diáfanas de Sierra Nevada para poder respirar de ese aire tan puro y libre, ya dentro del Parque Nacional, adentrándonos en sus pulmones. Para ello tomamos nuevamente la A-395 que sube desde Granada y estacionamos el vehículo sobre el punto kilométrico 35,200. Atrás dejamos instantes antes el Collado de las Sabinas y el Albergue Militar. Cruzamos la carretera, y ya caminando, como la propia ley del senderismo manda, nos incorporamos a un carril carretero que en un pronunciado y corto ascenso atraviesa el Collado del Diablo (lugar de paso de los antiguos “Neveros de la Sierra”), para una vez recorridos, ahora en un suave descenso, unos 2.100 m. aproximadamente por un viejo firme asfaltado, en un lamentable estado de conservación por cierto, llegar hasta el Albergue de San Francisco; o más bien, la pequeña edificación anexa que se construyó muy próxima a la principal y que se le llamó Albergue de San Francisco o el de las Cúpulas, del que en la actualidad ya no queda ni una sola piedra de sus cimientos. El desaparecido Albergue fue construido por la Sociedad Sierra Nevada allá por el año 1915 sobre Los Campos de Otero y fue el primero y pionero de toda Sierra Nevada.
Continuando la marcha, sobre el mismo sentido que traeamos y dejando atrás esta pequeña construcción aneja al referido y desaparecido Albergue de San Francisco, con su peculiar techo rojo intenso, sirviendo de contraste y de reclamo bajo el cielo azul que nos abraza, tomamos una estrecha vereda que corre paralela al cauce de una acequia ( hoy por cierto más seca que en nuestra última visita por estos lugares) y que atraviesa varias chorreras. Enfrente de nuestras miradas tenemos el Cerro de la Morra, también llamado Puntal de la Cazoleta y que con sus 2.203 m. de altitud predomina sobre la Loma de San Juan.
La vereda nos arrastra hasta el Barranco del San Juan, y nunca mejor dicho, porque este tramo de descenso lo hacemos como en caída libre y con el mayor de los cuidados de hincar bastones y poder afianzar nuestros pasos; que si no ya se sabe... "que de perdidos al río y todo por el lío de unas piernas…"
En esta ocasión no tenemos dificultad alguna en atravesar el río porque por su cruce no llevaba ni gota ni gota. Sólo unos metros más abajo observamos cómo nuevamente reaparece para poder rugir ya con sus aguas, tal y como la ley de la gravedad manda.
Desde aquí, y en dirección Este, asciende una estrecha y empinada vereda que, una vez coronada una amplia zona limpia de piedras y arbustos y cruzada por una chorrera, dejando atrás una gran roca como punto de referencia, nos coloca, como el coche del Scalectrix, en otra más ancha y que nos lleva directamente a la cumbre del Cerro de la Morra. Ya sólo es seguirla, obervando además que transcurre paralela a la Acequia de Hoyo Puente. Aclarar también que, esta vereda es, de las dos que vemos desde el otro lado del Barranco de San Juan y antes de bajarlo, la de la cota más alta. La otra, la más baja, y que corre paralela a ésta, nos llevaría hacia Haza Mesas.
Significar además que, tras la gran sequía que arrastramos y tras este largo y caluroso puente del verano, la flora como que se veía un poco "apagada", el polvo del camino la desmejoraba; abundando ejemplares como la sabina, cojín de monja, enebro y algún que otro ejemplar suelto de estrella de las nieves. Meses atrás, seguramente, podríamos haber encontrado también, y en todo su esplendor, ejemplares de siempreviva y dedalera, incluso el oloroso té de la sierra.
Antes de llegar a la base del Cerro de la Morra, pasamos por el Collado de las Sabinillas, ofreciéndonos su llave hacia el Cortijo del Hornillo. Pero no, hoy nos quedábamos aquí y con un último rodeo de izquierda a derecha, coronamos la cima de La Morra (conocida también como "La Morrá", Morrón de Haza Mesa o Puntal de las Cazoletas). Unas rocas nos ofrecen su firme como mesa para el avituallamiento y merecido descanso.
Sin pronunciar la palabra Flex, por si caíamos dormidos como en el anuncio, y nos perdíamos todos estos encantos, le damos un giro de 360º a la digital y captamos entre otros los que ante los ojos destacan: al norte la Loma del Maitena; al Sur el Barranco de San Juan; al Este el Puntal de Vacares, la Alcazaba y el Veleta; al Oeste los Peñones de San Francisco y el Albergue que han pintado de rojo y blanco como reclamo de la vista.
El regreso lo hacemos por el mismo camino que nos trajo y con el IVA añadido de que todo lo que bajamos ahora había que sudarlo. Menos mal que el coche estaba donde lo dejamos…
Como siempre dejo algunas fotos del regalo. De ese que nos ofrece la naturaleza y sin pedirnos nada a cambio. Sólo ser respetuosos con lo que nos vamos encontrando y con el camino que nos hallamos.
Y de aquí hasta la próxima y ese sueño con el ave azul, que nos despierta a las siete y media de la mañana para emprender una tras otra… Y con el deseo y el ánimo de que nunca pare ese tic-tac de los pasos!
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-Itinerario: Granada - Km.35,200 de la A-395 (Carretera de Granada a Sierra Nevada) en vehículo. Collado del Diablo, Albergue de San Francisco, Barranco de San Juan, Acequia de Hoyo Puente, Collado de las Sabinillas, La Morra o La Morrá (
conocida también como Morrón de Haza Mesa o Puntal de las Cazoletas).
-Regreso: camino  a la inversa.
-Número de participantes: 2
-Dificultad: Media-Baja
-Duración: 4 horas (5 h. incluídos avituallamiento, descanso y disparos a bocajarro de la digital)
-Agua: Barranco de San Juan.

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