DE PADROLLANO (ESTACION DE ESQUÍ "SOL Y NIEVE" ) A MONACHIL
Hoy, para realizar esta dilatada travesía no teníamos más remedio que utilizar el transporte público. Así que allá que nos encaminamos, a la Estación de Autobuses de Granada, para coger el de las 9 de la mañana y que te sube a la estación de esquí de Sierra Nevada (Plaza de Pradollano); servida en bandeja de plata por deferencia de la Empresa de Autocares Bonal (previo paso por taquilla, claro) y cuyo trayecto tarda un poco menos de una hora, si no le das mucho palique al conductor y no le hablas del Madrid-Barcelona.
El aliño de esta ruta…pues que partiendo de Pradollano, a unos 2.000 de altitud, pico más o menos, finalizamos prácticamente a las puertas de la capital granadina. Aclarando que no es un recorrido muy duro, pero que por su duración y casi todo en descenso y con el freno de mano echado, le daremos una dificultad media casi alta, por ese esfuerzo tras los pasos y con ese olor a quemado tras la frenada. Pero empezemos antes y poco a poco por los pasos.
Hoy, para realizar esta dilatada travesía no teníamos más remedio que utilizar el transporte público. Así que allá que nos encaminamos, a la Estación de Autobuses de Granada, para coger el de las 9 de la mañana y que te sube a la estación de esquí de Sierra Nevada (Plaza de Pradollano); servida en bandeja de plata por deferencia de la Empresa de Autocares Bonal (previo paso por taquilla, claro) y cuyo trayecto tarda un poco menos de una hora, si no le das mucho palique al conductor y no le hablas del Madrid-Barcelona.
El aliño de esta ruta…pues que partiendo de Pradollano, a unos 2.000 de altitud, pico más o menos, finalizamos prácticamente a las puertas de la capital granadina. Aclarando que no es un recorrido muy duro, pero que por su duración y casi todo en descenso y con el freno de mano echado, le daremos una dificultad media casi alta, por ese esfuerzo tras los pasos y con ese olor a quemado tras la frenada. Pero empezemos antes y poco a poco por los pasos.
Una vez bajados del autobús, en la mismísima Plaza de Andalucía (Pradollano), incorporándose con nosotros el amigo Paco Martínez, y por consejo suyo, sobre las 10:00 h. de la mañana, tomamos el carril que baja al Invernadero y Depuradora, para ahorrar en "zapatos gorila" y no hacerlo por la pista señalizada para las bicicletas de montaña y que le da más vuelta a la esquina, llevándonos al mismo sitio, claro.
Cruzamos los Barrancos de Prado Redondo y Valdeinfierno, varios arroyos y chorreras, algunos borreguiles, y como premio, las mejores vistas de frente, y de izquierda a derecha: Los Poyos de Monachil, El Cerrajón y el Dornajo más tiesos que el pan de higo.
Continuamos la marcha, pasamos por las Ruinas del Maguillo; dejamos atrás, a nuestra izquierda el Cerro del Mirador, abajo y a la derecha, un magnífico robledal autóctono y las vistas del Cortijo-Convento de San Jerónimo. Pero ahora vendría lo verde y tras pasar una alambrada: el Collado de Matas Verdes nos sale al encuentro; y como por arte de magia, El Trevenque, El Rey, con su majestuosidad y cercanía se nos viene casi encima. A su derecha tenemos el Pico del Tesoro.
Aquí, bajo los primeros pinos del Collado de Matas Verdes, tenemos dos opciones: si giramos a la izquierda y tomamos la vereda que desciende, bajaríamos a la Zubia; en caso contrario, y es la que nosotros decidimos, siguiendo de frente y cuesta arriba, vamos hacia Monachil que era nuestro proyecto y destino.
Al rato, y tras salir del frondoso pinar que nos ha engullido, dejamos el Collado de Ruquino a nuestra izquierda y continuamos la marcha; mientras, las Dehesillas nos miran a los ojos como queriéndonos decir algo.
Ahora caminamos por un ancho carril blanco de tierra y que abandonamos tras una "bonita" subida para tomar una vereda a la izquierda que nos deja sobre una rambla de arena para adentrarnos de nuevo, enseguida, en otro espeso pinar. A nuestra derecha tenemos el Cerro de los Poyos de Monachil. Habiendo dejado a nuestras espaldas unas magníficas vistas de panorámica: las Dehesillas en posición de vigía; con un poco de nieve encima vemos El Veleta, los Tajos de la Virgen y hasta el Cerro del Caballo, y el Trevenque de nuevo cerrando ese fabuloso cuadro bajo el cielo azul y que hoy se había extendido hasta más allá del horizonte, si cabe y en honor a su nombre, y con este día tan agradable que más se le podía pedir a esta "primavera" de noviembre...!
Hasta aquí y desde el Collado de Matas Verdes hemos venido rodeando el Pico del Tesoro para adentrarnos, una vez cruzado ese arenal que dije, en el espeso pinar del Cerro de Huenes y con dirección a Fuente Fría. Pero antes pasamos por una fuente y abrevadero de agua y por unos corrales para el ganado (aunque muchos a este paraje le llaman también Fuente Fría) y más tarde atravesamos una zona muy boscosa en donde no entran ni los rayos del sol y que tenemos encima.
Llegamos a Fuente Fría (la de toda la vida), que la reconocemos por los álamos que hay en esta "apartada orilla", tras una curva a nuestra izquierda. Si subimos en una zancada, vemos el seco estanque (una lástima, con lo que fue este paraje!).
Cruzamos los Barrancos de Prado Redondo y Valdeinfierno, varios arroyos y chorreras, algunos borreguiles, y como premio, las mejores vistas de frente, y de izquierda a derecha: Los Poyos de Monachil, El Cerrajón y el Dornajo más tiesos que el pan de higo.
Continuamos la marcha, pasamos por las Ruinas del Maguillo; dejamos atrás, a nuestra izquierda el Cerro del Mirador, abajo y a la derecha, un magnífico robledal autóctono y las vistas del Cortijo-Convento de San Jerónimo. Pero ahora vendría lo verde y tras pasar una alambrada: el Collado de Matas Verdes nos sale al encuentro; y como por arte de magia, El Trevenque, El Rey, con su majestuosidad y cercanía se nos viene casi encima. A su derecha tenemos el Pico del Tesoro.
Aquí, bajo los primeros pinos del Collado de Matas Verdes, tenemos dos opciones: si giramos a la izquierda y tomamos la vereda que desciende, bajaríamos a la Zubia; en caso contrario, y es la que nosotros decidimos, siguiendo de frente y cuesta arriba, vamos hacia Monachil que era nuestro proyecto y destino.
Al rato, y tras salir del frondoso pinar que nos ha engullido, dejamos el Collado de Ruquino a nuestra izquierda y continuamos la marcha; mientras, las Dehesillas nos miran a los ojos como queriéndonos decir algo.
Ahora caminamos por un ancho carril blanco de tierra y que abandonamos tras una "bonita" subida para tomar una vereda a la izquierda que nos deja sobre una rambla de arena para adentrarnos de nuevo, enseguida, en otro espeso pinar. A nuestra derecha tenemos el Cerro de los Poyos de Monachil. Habiendo dejado a nuestras espaldas unas magníficas vistas de panorámica: las Dehesillas en posición de vigía; con un poco de nieve encima vemos El Veleta, los Tajos de la Virgen y hasta el Cerro del Caballo, y el Trevenque de nuevo cerrando ese fabuloso cuadro bajo el cielo azul y que hoy se había extendido hasta más allá del horizonte, si cabe y en honor a su nombre, y con este día tan agradable que más se le podía pedir a esta "primavera" de noviembre...!
Hasta aquí y desde el Collado de Matas Verdes hemos venido rodeando el Pico del Tesoro para adentrarnos, una vez cruzado ese arenal que dije, en el espeso pinar del Cerro de Huenes y con dirección a Fuente Fría. Pero antes pasamos por una fuente y abrevadero de agua y por unos corrales para el ganado (aunque muchos a este paraje le llaman también Fuente Fría) y más tarde atravesamos una zona muy boscosa en donde no entran ni los rayos del sol y que tenemos encima.
Llegamos a Fuente Fría (la de toda la vida), que la reconocemos por los álamos que hay en esta "apartada orilla", tras una curva a nuestra izquierda. Si subimos en una zancada, vemos el seco estanque (una lástima, con lo que fue este paraje!).
Continuamos bajando por este sendero cubierto de pinos, como techo, y al llegar a un segundo estanque, también vacío, tomamos una vereda a nuestra derecha (si hubiéramos continuado por la que traíamos bajaríamos también por aquí a la Zubia). Tras este giro, seguimos descendiendo y un poco más abajo llegamos al Refugio de Huenes o de Fuente Fría, en donde hacemos ese alto obligado para el avituallamiento. Observando que dicho refugio está en una estado más que lamentable, tirando a ruina (siendo utilizado como refugio para el ganado). Su origen es el de un antiguo vivero forestal. Y hablando de flora y fauna, que la más vista y respirada: el cojín de monja y pastor, la sabina rastrera, el piorno, el escaramujo, el marrubio (Marrubim supinum), los hermosos pinares y robledad atravesados y avistado, varios grupos de cabras montesas, y ese magnífico ejemplar de águila bajo el techo del cielo.
Tras esa entrada de sólidos y líquidos, sobre las 14:55 h., proseguimos la marcha y con la barriga baja; y como postre extra, tomamos la vereda con dirección a los Cahorros y que sale a espaldas del refugio. ¡Y vaya cuesta! Cuesta abajo era, pero con los frenos más calientes que un chupito de lava! Así que allá que vamos, en esta última instancia de la vereda en donde tenemos el río Monachil bajo nuestras piernas y en la última "trincaera", al agua, y de cabeza !!!!! Menos mal que el Cerrajón nos hizo de pantalla! A su mano derecha, el Cerro del Sanatorio, con una edificación restaurada en su mismísima cumbre, a la que algunos le llaman "El Trono de Dios", sobre las mismísimas ruinas de aquel sanatorio para tuberculosos y que no llegó, al parecer, a inaugurarse como tal en el tiempo de la guerra civil española. Cumbre que algunos aprovechan para tirarse desde ella en parapente. De frente observamos también una línea de álamos amarillenta y que discrurre sobre la Acequia de los Habises, y en su tramo final el Cortijo del Cerrillo o de Bellavista.
Tras esa entrada de sólidos y líquidos, sobre las 14:55 h., proseguimos la marcha y con la barriga baja; y como postre extra, tomamos la vereda con dirección a los Cahorros y que sale a espaldas del refugio. ¡Y vaya cuesta! Cuesta abajo era, pero con los frenos más calientes que un chupito de lava! Así que allá que vamos, en esta última instancia de la vereda en donde tenemos el río Monachil bajo nuestras piernas y en la última "trincaera", al agua, y de cabeza !!!!! Menos mal que el Cerrajón nos hizo de pantalla! A su mano derecha, el Cerro del Sanatorio, con una edificación restaurada en su mismísima cumbre, a la que algunos le llaman "El Trono de Dios", sobre las mismísimas ruinas de aquel sanatorio para tuberculosos y que no llegó, al parecer, a inaugurarse como tal en el tiempo de la guerra civil española. Cumbre que algunos aprovechan para tirarse desde ella en parapente. De frente observamos también una línea de álamos amarillenta y que discrurre sobre la Acequia de los Habises, y en su tramo final el Cortijo del Cerrillo o de Bellavista.
Cahorros que hoy estaban más que transitados. Multitud de visitantes y senderistas para arriba y para abajo, gente agarrada a las paredes de estos típicos tajos practicando la escalada, y como pegados con loctite. La palabra Cahorros, en el argot montañero quiere decir: surcos escabrosos y empinados en las laderas de los cerros.Total que, tras alguna dificultad que otra, por la margen izquierda del río Monachil (haciendo equilibrismo, arrastrando el culo por la piedra, o mejor dicho, no vayamos a liarla, por el muro artificial construido para el encauzamiento de sus aguas, etc.,etc...), para atravesar esta bonita zona encañonada, pasar por la Cueva de las Palomas; y antes o después, tras un puente, dos puentes, tres puentes... el más corto por el más largo (ese de 63 m. de longitud y con 100 años de antigüedad y remozado), el más fijo por el más movedizo, adentrarnos, tras dejar la subida a la Era de los Renegreales a nuestras espaldas y a la que bordeamos, en esa calle esperada, pero sin ganas de acabarla (a esta bonita marcha me refiero), en el núcleo urbano del pueblo serrano de Monachil. Y allí que terminamos, en el Restaurante-Terraza el Molino, para quitarnos ese “mareo” de piernas y refrescar un poco los frenos. Eran las 17:00 h. exactamente, y para no decir mentiras.
Así que con la hora echada más a cuestas que encima, porque el autobús para Granada, pasaba sobre las 17:50 bebimos lo que pudimos y tuvimos gana. Pero las piernas aún no nos temblaban, que conste en acta. (es broma, que aquí los borrachos se caen al río). Y fin de la caminata para ser más exactos con la frenada.
Como siempre dejo algunas instantáneas de esos momentos vividos, y con la vista puesta en el mañana (que por cierto, y si no me equivoco, es lunes y más cuesta arriba que toda la semana…)
Y ya para terminar, un consejo de este humilde aficionado a los pasos: ”Para todo aquel que pueda, que ande, que el corazón volverá como de regalo". "La mejor fórmula para honrar a los caminos: manternerlos vivos, en la memoria”
Así que con la hora echada más a cuestas que encima, porque el autobús para Granada, pasaba sobre las 17:50 bebimos lo que pudimos y tuvimos gana. Pero las piernas aún no nos temblaban, que conste en acta. (es broma, que aquí los borrachos se caen al río). Y fin de la caminata para ser más exactos con la frenada.
Como siempre dejo algunas instantáneas de esos momentos vividos, y con la vista puesta en el mañana (que por cierto, y si no me equivoco, es lunes y más cuesta arriba que toda la semana…)
Y ya para terminar, un consejo de este humilde aficionado a los pasos: ”Para todo aquel que pueda, que ande, que el corazón volverá como de regalo". "La mejor fórmula para honrar a los caminos: manternerlos vivos, en la memoria”
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-Accesos: De Granada a la Estación de Esquí (Pradollano) en autobús. De Monachil a Granada lo mismo.
-Itinerario: Pradollano, Collado de Matas Verdes, Fuente Fría de Huenes, Refugio de Huenes, Los Cahorros de Monachil, Monachil
-Trayecto: lineal
-Número de participantes: 5
-Dificultad: Media
-Duración: 7 h.
-Agua: Pradollano, abrevadero de Fuente Fría, los Cahorros; pero, como casi siempre, se recomienda llevar.
-Dificultad: Media
-Duración: 7 h.
-Agua: Pradollano, abrevadero de Fuente Fría, los Cahorros; pero, como casi siempre, se recomienda llevar.
6 comentarios:
Hola. Me llamo Ramon, 59 años, controlador aereo prejubilado, residente en Granada. Llevo tres años haciendo senderismo a modo individual, aunque este año me he inscrito en las salidas que organiza la Diputacion desde Armilla. Son muy interesantes pero solo hacen seis senderos por cuatrimestre y queda mucho claro enmedio. Me gustraria formar parte de un grupo como el vuestro. He leido todo lo que teneis en el blog y es envidiable lo que haceis.
Un saludo cordial.
Ramon
Gracias amigo Ramón por esas palabras! La verdad es que no nos hemos planteado hasta ahora el ampliar la "plantilla". Entre otras cosas porque vamos en familia y nunca mejor dicho. Aunque esporádicamente, es cierto, que se nos han agregrado algunos amigos. Pero por lo que me cuentas yo te recomendaría que te apuntases a alguna de las peñas o clubes que existen en nuestra provincia de Granada y que entre otras cosas están federados a través de la FAM (Federación Andaluza de Montañismo),cosa muy necesaria y recomendable, aunque también te puedes federar a nivel individual, y cuya página siguiente puedes visitar y verás como te recibirán con los brazos abiertos. Hay alguno(a)s que sólo salen los domingos alternos y otros todos los domingos; como en la misma tienes todos los teléfonos de contacto, puedes elegir tú mismo, incluso bajarte o pedirles los programas sobre las rutas que tienen previstas realizar de antemano.
La página es:
http://www.fedamon.com/clubes/granada.htm
Recibe un cordial saludo.
Joseme
Gracias Joseme por la informacion. Seguire tu consejo y ahora mismo voy a explorar el link que me indicas.
De todas formas seguire visitando vuestro blog, ya que explicais e ilustrais tan bien los senderos que haceis, que es facil hacerse una idea de como son y meterles mano (mejor dicho, PIE) a alguno.
Saludos, y hasta otra.
Ramon.
De nada hombre y muchas gracias de nuevo por esas palabras! Ánimo y adelante!Y que cada paso sea el inicio de otro nuevo camino por descubrir! Saludos y por las veredas nos veremos!
Magníficas imagenes y comentarios! Enhorabuena!
Por cierto, utilizais algún GPS mapa? Se puede acampar por aquella zona? Un saludo
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