24 abril 2006

CIRCULAR POR EL CASTILLEJO DE GÜÉJAR SIERRA Y HAZA LLANA

EL CASTILLEJO - HAZA LLANAS
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Ruta que decidimos sobre la marcha, nada más asomarnos a la ventana y ver que la lluvia, que estuvo cayendo hasta altas horas de la madrugada, había cesado.
Así que una vez más que ponemos mente y rumbo hacia  Güéjar Sierra. Localidad situada a unos 1.088 metros de altitud sobre el nivel del mar, que tiene el privilegio de ser una  entra las más serranas granadinas  por gracia y obra  de la naturaleza, y nunca mejor dicho, para atacar rutas de baja y alta montaña.
Atravesamos el pueblo siguiendo varias indicaciones: la primera la de “Maitena-Charcón”, para continuar, a unos doscientos metros aproximadamente, por la que baja, a la derecha, hacia la Central Eléctrica del “El Castañar” y al embarcadero. Descendemos por una empinada y estrecha carretera asfaltada hasta llegar al río Genil, punto en donde dejamos aparcado el coche.
Son las 12:20 horas cuando cruzamos el puente y comenzamos el ascenso subiendo por una carretera asfaltada, de momento. Pronto termina, una vez andados los doscientos primeros metros, y nos incorporamos al carril que parte a nuestra derecha y que está debidamente señalizado (el de la izquierda, nos llevaría primero a Haza Llanas – por donde a la vuelta regresaríamos – y de aquí a la Carretera de Sierra Nevada).
Continuamos por el carril que tomamos a nuestra derecha, observando que al principio comienza en bajada, pero que pronto asciende hacia el Cortijo de los Julianes. En este tramo hemos ido dejando varias salidas a un lado y otro del camino.
Aquí es donde se inicia propiamente la vereda hacia el Castillejo que nos conduce, por una respetable pendiente, hasta colocarnos “verticalmente” en el Barranco del Castillejo; destacando a la derecha, como punto de referencia, una gran roca con un agujero a modo de ventana y abierta por la naturaleza.
Por el barranco bajan multitudes de pequeños regueros de agua y la vereda discurre por su margen derecha. La vegetación está formada principalmente por pinos, castaños, nogales, higueras y algunos cerezos.
Una valla, de fabricación casera, nos sale al encuentro cerrándonos el paso; una vieja colchoneta marca “acme” que tenemos que abrir como si fuera una puerta para volver a ponerla de nuevo en su sitio y continuar con la vereda (se supone que es para impedir el paso del ganado y no de los senderistas; en fin, pero cualquiera sabe…)
Sobre el barranco del Castillejo hemos dejado atrás, un poco antes de llegar a la cerca, un viejo acueducto que abastecía la antigua Central Eléctrica de “El Castillo”.
Conforme caminamos nos vamos aproximando al arroyo que baja por el barranco hasta que nos encontramos con un sitio fácil y señalizado por donde cruzarlo. En este punto se encuentra un pequeño nacimiento-manantial de agua, el conocido como Fuente del Tío Perrancano, bajo la ladera del pinar y sobre la margen derecha del arroyo del Castillejo.Fuente que cuenta con una pequeña teja como caño al abrigo de unas rocas.
Cruzamos al otro lado del arroyo, y continuamos en ascenso para dirigirnos hacia el Cerro del Castillo, al que debemos de atacar por su lateral derecho conforme miramos hacia Güéjar Sierra y al imponente Calar, que tenemos justo enfrente y como paisaje. Llegamos a un verde collado donde observamos una antigua era de piedra y un cruce de veredas: la de la izquierda, que es la que tomaríamos muy pronto al regreso sobre nuestros pasos, nos lleva al Purche; y la de la derecha nos eleva en un último impulso hasta los restos del Castillejo y al Mirador en donde se encuentra enclavada una vieja cruz de madera.
Deducimos desde aquí, que este lugar, en su tiempo, tuvo que estar muy bien fortificado mediante recias murallas de piedra, de las que aún quedan algunos restos, y que fueron construidas por los árabes para salvaguardar el Castillete como también se le conoce; ruinas sobre las que aún quedan también restos de los muros del castillo, ahora en pie de guerra contra el viento.
Desde este mirador las vistas son espectaculares: de izquierda a derecha, la Loma de los Jarales, el Collado de las Trincheras y el Calar; al fondo Sierra Arana; abajo Canales y Güéjar Sierra; muy próximo y a nuestra izquierda observamos el espolón del Cerro del Castillo (1.253 m.) y a nuestras espaldas el Cerro del Chaparral (1.558 m.) en cuya divisoria queda anclado el famoso, emblemático y español Toro de Osborne.
Tras el avituallamiento en este hermoso mirador de la naturaleza, nos volvemos por nuestros pasos hasta el cruce en donde partían las dos veredas: tomamos la que tenemos enfrente y que lleva hasta El Purche. Vemos ahora que a nuestra derecha parte otra que nos bajaría hasta el Pantano de Canales.
El sendero que ahora tomamos nos sube hasta la Carretera de Sierra Nevada y pronto se adentra en un frondoso pinar. Asciende zigzagueante en un fuerte desnivel hasta desembocar en una carril que te incorpora a la Carretera de la Sierra. Mientras vamos ganando altura y sumando vistas, nos salen al paso restos de varios desprendimientos de rocas y a nuestra izquierda la entrada a una pequeña cueva, en la que nos adentramos con muchísimo cuidado, para encontrarnos con una sima y tres túneles horadados en su interior.
Al llegar al carril en donde ya vemos los vehículos que circulan por la carretera, al poco y a nuestra izquierda, nos sale al paso el conocido e indultado Toro de Osborne con su majestuosa y localizable, desde muchísimos puntos de estos parajes, enorme silueta negra.
Le damos un capotazo y continuamos con nuestro ascenso, ahora a nuestro pesar por el asfalto de la carretera que sube hacia la estación de esquí de Sierra Nevada. Nos salen también al encuentro, y a nuestra derecha, el Restaurante Las Víboras, en donde entramos para tomarnos un café; a nuestra izquierda el archirrenombrado Hotel el Nogal; de nuevo a nuestra derecha, tras una curva pronunciada, la conocida popularmente como Casita de los Enanitos; un puesto ambulante de venta de miel, a nuestra izquierda, en donde compramos unos tarros y jalea real; seguidamente una gasolinera y varios restaurantes a un lado y otro de la carretera hasta que llegamos al Centro de Visitantes del Dornajo. Aquí entramos para curiosear unos instantes. No nos quedamos para ver la proyección de video que muestran a todos los visitantes porque dura aproximadamente unos veinticinco minutos, y ya andábamos muy mal de tiempo, y porque además, seguramente, nos hubiésemos quedado fritos y pegados a la butaca tras el enfriamiento; pero al que hay que visitar sin dudarlo porque merece la pena aprender cosas de nuestro entorno más inmediato, que es el de la naturaleza.
Seguimos un poco más subiendo y a nuestra izquierda vemos ya la señalización que nos manda, por fin en descenso y por otra estrecha carretera asfaltada, hasta nuestro punto de inicio; la localidad de Güéjar Sierra. Descendemos y tras un barullo de curvas y varias construcciones de Casas Rurales, encontramos el carril de tierra que desciende hasta Haza Llanas o Haza Llana (un hermoso cortijo y paraje todo en llano, como su nombre indica, y sembrado literalmente de frutales, en su mayoría de cerezos) La estrecha carretera continúa hacia abajo, curva tras curva, y en un fuerte descenso, hasta el Hotel del Duque para terminar descansando en el Charcón junto a la margen izquierda del río Genil.
Pasamos Haza Llanas y un poco más abajo y a nuestra derecha vemos otro indicador de referencia. Es la entrada al Cortijo Hoyo Puente; y de nuevo, a la vista, más casas rurales.
Ya todo es seguir el ancho y largo carril serpenteante que nos deja justo en el punto de inicio de la caminata, la Central Eléctrica El Castañar, punto en donde dejamos aparcado el coche. Eran las 19:00 horas exactamente.
Decir tiene que el tiempo empleado hoy nos ha acompañado generosamente. El sol estaba como disuelto, el viento era fresco pero tirando a agradable e ideal para una larga caminata.
Como apunte de campo, pensamos que esta ruta, en otra atacada, la podríamos acometer y para no utilizar vehículo propio, y además no tener que volver al punto de inicio a recogerlo, utilizando el trasporte público de Granada a Güéjar Sierra tomando la línea regular de autobuses de la empresa Liñán; subir al Castillejo y al llegar a la Carretera de la Sierra, dirigirnos hacia el Purche, para descender por el Camino de los Neveros y terminar, bien bajando por la Fuente de la Bicha a la localidad de Cenes de la Vega y de aquí en autobús a Granada, o bien continuando por el Camino de los Neveros pasando por las Conejeras para terminar en la Bola de Oro, ya dentro del casco urbano de la ciudad.
Es una sugerencia más de tantas posibilidades con las que podemos contar mientras caminamos y hacemos que el andar sea algo realizable y demostrable. De momento, y como recuerdo de esta marcha, aquí dejo con algunas cuantas fotos, como detalle y muestra de nuestros paso, amparándome en la memoria de mi digital. ¡Un saludo y hasta la próxima!

CIRCULAR POR EL CASTILLEJO DE GÜÉJAR SIERRA Y HAZA LLANAS
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DATOS BÁSICOS DE LA RUTA:
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- Acceso: De Granada  a Güéjar Sierra – Central Eléctrica el Castañar - (en vehículo)
- Itinerario: Central Eléctrica El Castañar, Barranco-Arroyo del Castillejo, Fuente del Tío Perrancano, El Castillejo (con ruinas y cruz incluidas), Cerro del Chaparral, Carretera de Sierra Nevada (A-395) - nada recomendable-, Centro de Visitantes El Dornajo, Haza Llanas, Cortijo Hoyo Puente, Central Eléctrica El Castañar

- Dificultad: Media.
- Duración: 6 ½ horas en total, con descansos y paradas incluidas. (De 4 a 4:30 h. sin descansos)

- Longitud del recorrido: 16 km. aprox.
- Tipo de recorrido: circular
- Número de participantes: 4
- Agua: Fuente del Ventorrillo (a la entrada de
 Güéjar Sierra, en donde podemos aprovisionarnos antes de bajar a la Central Eléctrica); Fuente del Tío Perrancano (junto el arroyo del Castillejo) y Fuente de las Víboras.

16 abril 2006

CERRO DE BUENAVISTA - CANTERAS DE PUERTO BLANCO













CERRO DE BUENAVISTA–CANTERAS DE PUERTO BLANCO

Como hoy, domingo de Resurrección, es tradición alzar la mirada al cielo, pensamos que dónde podríamos verlo mejor y casi al completo que dirigirnos, para más INRI, al Cerro de Buenavista. Y su nombre propio ya lo indica; porque, como bien dice mi primo Antonio, quien le puso “colorín” es porque sabía de pájaros.
El acceso lo hacemos nuevamente por la A-92, con dirección Guadix-Almería, tomando la salida de Huétor Santillán-Beas de Granada, para encaminarnos hacia esta última y bonita localidad (la primera que nos encontramos tras la salida de la autovía). Porque Beas es mucho Beas; y como yo siempre digo, es pequeño pero no veas...Y ahora no estoy exagerando ni como andaluz ni tan siquiera amparándome en el entrañable lazo familiar que me une al mismo. La verdad es que hay que venir a verlo para creérselo; disfrutándolo, por supuesto.
Beas de Granada es una pequeña localidad perteneciente también a ese grupo de privilegiados que componen el Parque Natural de la Sierra de Huétor. Está a una altitud sobre el nivel de mar de 1.072 m. y posee un núcleo de población entorno a los 1.100 habitantes.
“Beas, término muy utilizado en la geografía andaluza, viene del latín, cambiado por el árabe, y significa vía o camino. La primera referencia que se tiene de este núcleo corresponde a la época del Imperio Romano y nació al parecer como una especie de casa de postas o lugar de aprovisionamiento y descanso de las que se ubicaban en el cruce de caminos; de ahí que el primer nombre fuese Via-Ax o camino de Guadi-Ax (Guadix). Durante la etapa árabe fue una alquería residencia para una veintena de familias que se asentaron alrededor de un castillo del que no quedan restos. Entre los cultivos de entonces destacaba la morera para alimentar los gusanos de seda que abastecían la industria de estos tejidos de Granada. Tras la Reconquista se impuso a los moriscos un fuerte impuesto, lo que creó malestar en la población; durante la rebelión fue quemada la iglesia, recién construida, y después de la expulsión sólo quedaron trece personas en el pueblo, por lo que se repobló con colonos de Castilla, León, Asturias y Galicia como en prácticamente toda la provincia”
Dejando atrás esta breve pasada por la historia, sacada de la base de datos del diario IDEAL, y dejando los vehículos aparcados en la Plaza Alta del pueblo, en donde ahora se ha construido el nuevo Ayuntamiento, tomamos el Camino de Guadix, para girar a la izquierda, una vez pasada una losa de hormigón que hace de puente para salvar un pequeño arroyo, e incorporarnos, a través de una vereda que nos lleva, girando nuevamente en el primer cruce a la izquierda, al carril o camino del Nacimiento; y de aquí hacia el lugar del mismo. En este hermoso paraje es donde nace el río Beas y cuyas aguas abajo se juntan con el Darro (afluente del Genil que nace en Huétor Santillán) y que en el punto exacto ubicado en las inmedicaiones del Cortijo de Cortes ambos se abrazan.
Nosotros torcemos a la izquierda, un poco antes de llegar a dicho nacimiento, y cogemos la llamada vereda de las Pedrizas , justo antes de cruzar, pisando físicamente las aguas del río Beas que discurre, a duras penas, por entre unos blancos arenales; como punto guía, cuando observamos una gran noguera a nuestra derecha en una amplia explanada donde se realizan, a su alrededor, acampadas, reuniones y comidas al aire libre.
Esta vereda asciende en zig-zag hasta un dique que fue reforzado tras el devastador incendio que arrasó estos parajes el desgraciado 7 de agosto de 1993. Al llegar y sobrepasar el dique nos encontramos en una explanada y con tres ramblas delante de nuestra mirada: a la izquierda, la rambla de la Zurzailla, al frente la de Rambla Seca, y a la derecha la de Puerto Blanco. Nosotros seguimos de frente para a continuación girar a la izquierda y ascender por un camino abierto con motivo de dicho incendio y que nos deja en el carril de Puerto Blanco que lleva a la localidad de la Peza.
Al llegar al mismo tomamos un barranco que nos sube, en un fuerte ascenso, hasta otra pista que viene de la Casa Forestal del Pozuelo.
Al final, a la derecha, tenemos nuestro premio, el Cerro de Buenavista con sus 1.664 m.; a la izquierda el Cerro Toriles de 1.670 m. y punto donde se sitúa la garita-vigía para el control de incendios. Nos dirigimos a este último y hacemos un alto para el avituallamiento interno y el de la vista y un merecido descanso para las piernas. Las vistas, hay que venir a verlas. Pero os doy una pista: al Sureste, Sierra Nevada (al fondo), y en primer término el Cerro de Buenavista y la senda que se dirige al mismo. Al Norte, Cerro Oscuro, Calar Blanco y Sierra de Arana, al Noroeste toda la Sierra de la Alfaguara, al Oeste alcanzamos hasta Granada.
Tras un leve descanso bajamos del Toriles y retornamos por el mismo camino de acceso para poder coronar, ahora todo de frente y en un último empujón, el Cerro de Buenavista.
En su punto más elevado existe un vértice geodésico desde el que se puede disfrutar de una completa panorámica de Sierra Nevada. En la parte lateral y bajo el monolito existen restos de construcciones utilizadas durante la Guerra Civil española y que hoy en día algunas son usadas como cuevas-refugio por los pastores. También divisamos la zona de Puerto Blanco, a la que nos dirigimos a continuación, destacando su cantera, el Cerro de Toriles con su garita de vigilancia y el camino que hemos traído y que une ambos cerros.
Del Buenavista descendemos por la zona en donde existe una sima, que hoy no hemos podido localizar (a la izquierda conforme miramos hacia las canteras), para dirigirnos hacia una barranquera que nos desciende hasta el carril forestal que atraviesa el Collado del Muchado.
Seguimos por la pista y dejamos atrás y a nuestra derecha restos de antiguas instalaciones en donde existían una báscula y un alambique para el tratamiento de la alhucema. Proseguimos y llegamos a un cruce de caminos: si giramos a la izquierda, el carril que se nos cruza al paso, nos llevaría primero al Cortijo de Aguas Blancas, para terminar en la localidad de la Peza; el que se inicia paralelo a éste nos llevaría al Alto del Agarradero, cerrete de 1.374 m. con garita-vigía para el control de incendios y desde donde se pueden observar unas fantásticas vistas de Sierra Nevada y del Pantano de Quéntar (pasando primero por la Fuente de la Mona, y con posibilidad de rodear el Cerro de los Avellanos al regreso); el que parte un poco más adelante, a la derecha, nos llevaría primero a las ruinas del Cortijo de Puerto Blanco y un poco más adelante al Centro Terapéutico Hogar 20 (centro cedido por al A.M.A. para rehabilitación de toxicómanos); y si seguimos de frente, y el que nosotros tomamos, a las canteras de Puerto Blanco o de Molina.
Ni decir tiene que esta cantera, como tantas otras existentes por estos alrededores, dejan un impacto visual nada agradable (algunas incluso una vez abandonadas, la administración no obliga a su titular ni a reforestarlas)
Cruzamos la cantera y seguimos de frente, desviándonos hacia la derecha y bajando ahora por la Cañada Real de Huétor a Dúdar con dirección hacia el Cortijo de la Plata; al que no visitamos porque nos desviamos enseguida por una sendilla a la derecha, que nos lleva al Toconcillo, donde existen varios nacimientos de agua. Desde aquí, ya por un carril de tierra, descendemos por entre pequeños olivares, almendrales, vides, alguna que otra reducida plantación de cerezos y nogales y los típicos cultivos de regadío y de secano; y ya finalizando dejamos a nuestra derecha el cementerio de Beas de Granada, antes de acometer la bajada por una empinadísima cuesta hormigonada, que se adentra en sus calles para llegar enseguida a la Plaza Alta, lugar en donde dejamos los coches.
Punto y final de la ruta, pero seguido para, en cualquier época del año, volver a visitarla. Porque de caminar se trata, mientras disfrutamos de la naturaleza.
Y no podíamos abandonar Beas de Granada sin admirar las magníficas vistas que se aprecian desde la entrada al Camping de nueva apertura, "Alto de Viñuelas" y que dan muestra y testimonio de la belleza de Beas, con su emblemático frailecillo al frente, "El Fraile" para nosotros y perfilado en piedra por la mano del tiempo, y cómo no, y como telón de fondo, la grandeza de Sierra Nevada. Así que aquí paramos para contemplarlas y tomarnos un merecido refrigerio degustando las sabrosas tapas y típicas de la casa.
Y ya para despedirme, y en referencia al impacto medioambiental del hombre contra la naturaleza, haré mención a una cita de Eduardo Martínez Pisón y que viene como anillo al dedo “Después de tanto paisaje cambiado por los hombres, es cada vez más necesario que queden aun paisajes capaces de cambiar a los hombres.”
Como siempre dejo algunas fotos para el recuerdo.
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-Itinerario: Granada – Beas de Granada (Parque Natural de la Sierra de Huétor) en vehículo.
- Número de participantes: 5
-Agua: Nacimiento del Río Beas - El Toconcillo
- Dificultad: Media-Baja.
-Duración: 5 1/2 horas.

14 abril 2006

LA CAÑADA DEL SERENO












LA CAÑADA DEL SERENO

Magnífico recorrido que atraviesa el corazón del Parque Natural de la Sierra de Huétor. La ruta está muy bien señalizada, con hitos e indicadores que te muestran siempre el camino a seguir.
El acceso lo hacemos por la A-92 con dirección Guadix-Almería y tomando la salida que marca “Parque Natural de la Sierra de Huétor”. Giramos 180º y seguimos la vía como si fuésemos a cambiar de sentido. Enseguida observamos un carril que parte a nuestra derecha. Lo iniciamos y pasamos el carril de entrada de la Casa Forestal. Continuamos un poco más hasta que el carril se bifurca en dos y unas cadenas nos cortan el paso. Aquí es donde dejamos el coche. El camino de la izquierda nos llevaría a la Casa Forestal de Bolones, el de la derecha, primero en descenso y luego en ascenso, hasta la Fuente de la Teja. Nosotros retrocedemos un poco hacia la carretera asfaltada, pasamos el carril de entrada de la Casa Forestal de los Peñoncillos y a nuestra izquierda enseguida observamos el cartel indicador del comienzo del sendero de la Cañada del Sereno. Según se explica en el mismo el recorrido es circular, de aproximadamente 12,250 Km. La duración, de 5 horas ( pero no le hagáis caso a este tiempo porque se puede hacer perfectamente en unas 3 ½ horas)
Se comienza con un suave ascenso por un agradable pinar, destacando el pino lacirio y resinero como especies dominantes. A los pocos metros aparecen los indicadores de los miradores que nos vamos a encontrar con los “tiempos” a emplear. A continuación el pinar se aclara apareciendo una zona cargada de multitud de especies vegetales, como la encina, el enebro, el romero, el tomillo, la jara blanca, mejorana, chaparro y el dientecillo de león que nos seguirá a ambos lados del camino con su “saludo amarillo” durante casi toda la caminata.
Continua nuestra marcha entre pinos y plantas aromáticas. Pronto vemos unas ruinas, son las del Cortijo de los Corrales y que debemos de rodear sobre el camino de la marcha.
A medida que ascendemos el paisaje se va haciendo más grandioso y tenemos dos miradores construidos en mampostería y que hasta hace muy poco poseían indicadores y fotos-murales. El primero es el de la Zarraca, donde podemos admirar, de izquierda a derecha, las cumbres de Sierra Nevada: destacando el Picón de Jérez, Tajos Negros de Covatillas, El Cuervo,  La Atalaya,  Puntal de Vacares, La Alcazaba, Mulhacén, Puntal de la Caldera, Los Machos, Pico Veleta, Tajos de la Virgen o El Cartujo. Aquí coincidimos con un grupo de amigos senderistas; tres familias al completo con sus respectivas descendencias incluidas y que llevaban el mismo itinerario que nosotros. Parada que aprovechamos para hacernos una foto de grupo, pasarnos las cámaras, cambiar instantáneas e impresiones. Y ya que no nos quedamos con sus nombres pongo la foto como recuerdo.
El siguiente mirador es el de los Mármoles, y desde donde tenemos unas estupendas vistas del Cerro de Casa Fuerte (1.509 m.a.), así como de la Dehesa y Casa Forestal, de Bolones, Cerro del Maullo, Peñón de Víznar, Cerro de la Cueva del Agua y Cerro de las Calaveras.
Finalmente llegamos al mirador de cota máxima de la ruta, el de Polvorite (1.500 m.), y que sí cuenta de momento con un panel informativo. Mirador que se encuentra a la izquierda del camino, a unos metros del mismo y sobre una pequeña plataforma rocosa, y que cuenta con otras idem. de estupendas vistas: a nuestra izquierda dominamos el hermoso valle del Río Darro, el Peñón de la Mata (1.668 m.), y al frente el Cerro del Corzo (1.609 m.), popularmente llamado Mirador de las Minas, con su incansable garita de vigilancia contra incendios del A.M.A.
Aquí descansamos unos minutos para regalarle a la vista este hermoso paisaje y a los pies un merecido descanso, eso sí, pero sin enfriarnos.
Seguimos la marcha y observamos que le damos un giro a la derecha al sentido de la misma; es para introducirnos en la umbría del Barranco de Polvorite.
A medio kilómetro aproximadamente la señal nos desvía hacia una vereda muy empinada (obviando el sendero que continúa todo de frente). Esta vereda nos baja hasta el Barranco de Polvorite que lo cruzamos atravesando un bonito pinar hasta llegar a una pista forestal y girando a nuestra izquierda. Avanzamos por este carril unos 1.200 metros, prácticamente en línea recta y sobre un falso llano, hasta llegar a una curva muy pronunciada y con síntomas de ponerse muy embarrada en los días de lluvia. Aquí tenemos dos alternativas: o seguir la pista forestal hasta desembocar en otra que viene de la Alfaguara y que te lleva, a la derecha, a la Fuente de los Potros-Prado Negro, o si giramos a la izquierda y continuamos hasta el siguiente cruce, y girando de nuevo a la izquierda, tomando el que está cerrado al paso para los vehículos por una cadena, y que nos bajaría hasta la Fuente de la Teja; o por el contrario, bajar por una sendilla debidamente señalizada, desviándonos a la izquierda tras la curva pronunciada, que nos lleva primero al arroyo de Polvorite,  siguiéndolo por su margen derecha, pasando por un lapiaz, y abandonando el arroyo, acercarnos hasta el Cerro del Púlpito (1.428 m.) para luego rodear su base. Una vez rodeada y abandonado este roquedal, nos encontramos sobre una extensa y verde explanada y de nuevo con otro panel indicativo. Continuamos la marcha y descendemos ahora por entre un pinar con sotobosque de escobones y piornos, hasta toparnos de lleno con la pista forestal  que baja a la Fuente de la Teja, a la que llegamos atravesando un puente y encontrándola por debajo,  a la derecha de éste, adosada a la pared-contrafuerte de la pista;  obervando cómo aquí la vegetación cambia totalmente, siendo la más común y propia de los cauces de los ríos (álamos, juncos, zarzas, mimbres, helechos). Buen sitio también para tomarnos un pequeño descanso y refrescarnos un poco el oído, la vista y la garganta. Porque hay que decir en alabanza que este hermoso paraje es el único del recorrido en donde podemos encontrar agua.
Seguimos la pista forestal en descenso hasta el último de los miradores, el de las Veguillas, situado sobre la cabecera del río Darro, al que podemos acceder a través de un carril-sendero que observamos que baja a nuestra derecha, pero que  nosotros hoy dejamos para otra ocasión. Continuando la marcha, ahora en ascenso, por la pista forestal que traíamos hasta el punto de partida, la Casa Forestal de los Peñoncillos, en donde dejamos el coche, y que discurre entre hermosos ejemplares de pinos, cantuesos y rascaviejas.
Dejando estas cuantas instantáneas como prueba y muestra de nuestros pasos. ¡Un saludo y hasta la próxima!
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-Itinerario: Granada – A-92 - Salida 259 del Parque Natural de la Sierra de Huétor - Casa Forestal de los Peñoncillos (en vehículo) – Sendero de la Cañada del Sereno (circular)
- Número de participantes: 2
- Duración: 3 1/4 horas.
- Dificultad: Baja.
- Agua: Fuente de la Teja

09 abril 2006

PRADO NEGRO - PEÑÓN DE LA MATA (DOS RUTAS POR SEPARADO)













PRADO NEGRO

Este fin de semana lo aprovechamos para darnos un corto paseo en moto por los magníficos alrededores y entrañas del Parque Natural de la Sierra de Huétor. Así que para ello nos dirigimos hacia Prado Negro tomando la carretera que sube desde Fuente Grande hacia el Campamento de la Alfaguara. Al llegar al mirador, dejando atrás a la derecha la Urbanización de Guadalfacar, la carretera se divide en dos: a la izquierda nos llevaría hacia Nívar ( con la posibilidad de continuar hasta Güevejar si giramos a la izquierda en el "Stop" que nos encontramos a la salida de Nívar, o hasta Cogollos Vega si giramos al contrario); y a la derecha, que es la que tomamos todo en ascenso, hacia el mencionado campamento de la Alfaguara (que significa manantial en árabe).
Al llegar a una rotonda, podemos coger el desvío de la derecha para llegar hasta el área de descanso de dicho campamento y si seguimos rectos por la carretera, ya convertida en pista forestal, nos lleva hasta Prado Negro. Antes hacemos la primera parada en el LLano del Fraile, antigua zona recreativa que hoy ha sido traslada a la Fuente de los Potros. Aquí existía una fuente hecha en piedra, que todavía se conserva, y un bonito quiosco que ha sido derribado. Dejamos la moto y cruzándolo llegamos al inicio de una sendilla, apenas perceptible, y que desciende hacia el Cortijo y Casa Forestal de Carialfaquí. Pero nosotros sólo llegamos hasta un bien conservado núcleo de trincheras, casamatas y pozos de tirador del año de 1936, antiguos reductos de la Guerra Civil española y ya pasado de nuestra historia, y desde donde observamos una de las mejores vistas de la elevación del Peñón de la Mata (excursión que dejaríamos para hoy domingo).
Regresamos al carril forestal y al llegar al siguiente cruce de caminos, seguimos por el de la izquierda, vemos que el de la derecha (cerrado por una cadena) baja a la Fuente de la Teja. Continuamos por la pista de tierra y vamos dejando atrás a la derecha, el sendero perfectamente señalizado, y que nos incorporaría a la Cañada del Sereno; a la izquierda dejamos el que bajaría al Cortijo antes mencionado de Carialfaquí.
Pronto vemos una extensa área recreativa sobre una verde pradera, rodeada de álamos y pinos; es la de la Fuente de los Potros. Hoy por cierto estaba a reventar de gente, digo yo que será por algo (a su encanto me refiero).
Avanzamos por el carril y a los pocos minutos, empieza de nuevo la carretera asfaltada. Pasamos por debajo de un tendido de alta tensión que produce un sonido especial y muy característico. Al llegar al cartel anunciador de una zona de acampada, giramos a la derecha para adentrarnos. Es la de Florencia y a la que accedemos cruzando el arroyo de las Perdices. Paramos aquí, también, para estirar un poco las piernas y tomar unas instantáneas.
Seguimos la carretera y a unos cuarenta minutos aproximadamente desde la salida de Fuente Grande de Alfacar, llegamos a Prado Negro; núcleo de población, anejo de Huétor Santillán, y que se ha ido formando, casa tras casa, desde hace ya unos cuantos años (hasta hace muy poco no contaba ni con suministro eléctrico). Precisamente en este aislamiento es en donde reside su paz, su belleza y su encanto. Paramos en el bar "El Jabalí" para tomarnos un café. Bar que está justo enfrente a una fuente de piedra. Cuando nos íbamos a marchar nos indican que hay una bonita cascada pueblo abajo y no nos lo pensamos dos veces; allí que nos encaminamos con la cámara y con el pensamiento puesto en el agua. La verdad es que era cierto; y la otra, que el paseo en moto mereció la pena hacerlo. La lástima es que había que volverse para casa porque el fresquito de la caída de la tarde ya empezaba a hacer su aterrizaje.

PEÑÓN DE LA MATA

Como hoy tocaba caminata, nos dirigimos en vehículo desde Alfacar, por la carretera que se inicia desde Fuente Grande y que lleva, tomando el desvío de la izquierda una vez que llegamos al espectacular mirador, primero a Nívar para después tomar, al llegar al stop del cruce, a la derecha hacia la localidad de Cogollos Vega (a unos 14 km. de la capital de Granada).
Cogollos Vega se encuentra dentro del Parque Natural de la Sierra de Huétor. Extensión de 12.428 hectáreas al noreste de la ciudad de Granada. Posee una gran belleza gracias a las plantas autóctonas y a las repoblaciones de árboles. En el Parque podemos encontrar muchas clases de árboles: pinsapos, cedro del Líbano, pinos de todas las clases, encinas, quejidos, arces y robles. Sus dos ríos principales recorren el parque: el Darro y el Fardes.
Al llegar a Cogollos, nada más entrar en el pueblo y tras pasar la primera curva, a la derecha, vemos el letrero que indica la subida hacia el Peñón de la Mata. Ascendemos por la empinadas calles y tras unas cuantas curvas cerradas termina el hormigón y el asfalto para empezar con un carril de tierra.
Aquí es donde dejamos el coche sobre las 11:00 de la mañana. Fuera mochilas, bastones y agradeciéndole al día, que estaba como enmarañado, que el “Lorenzo” no cayera sobre nosostros porque la piedra de esta montaña como que irradia lo más grande.
El Peñón de la Mata (1.668 m.), es una formación kárstica y en su sima yacen restos arqueológicos de asentamientos neolíticos. Sirvió de frontera prácticamente durante toda la guerra civil española entre la zona nacionalista situada al sur y la zona republicana al norte.
Restos de trincheras que observamos si tomamos el primer sendero que asciende en una fuerte pendiente, a nuestra izquierda, a los quince minutos más o menos del inicio del carril de tierra. Nosotros no lo tomamos y continuamos el carril casi hasta el final de las casas que se han construido sobre estas tierras de color rojizo. Como no encontramos la vereda para atacar el macizo, lo hacemos ascendiendo, campo a través, hacia una cortijada vallada a la que rodeamos y nos deja en otro carril que lleva hacia el Cortijo de Carialfaqui. Lo continuamos unos metros hasta que ya vemos el estrecho sendero que asciende en una fuerte pendiente. La tomamos y ya es seguirlo hasta finalizarlo y que nos lleva al otro extremo del Peñón de la Mata y más cercano al llamativo Peñón Jorobado y Calar de Haza Santa; divisando a nuestros pies y a nuestra izquierda el Collado de San Agustín. De frente una majestuosa panorámica de Sierra Nevada, hoy un poco descafeinada por la neblina que reina. Fin del trayecto y de la mirada. La vuelta la hacemos bajando, justo pasadas las vistas del Cortijo de Carialfaquí, por una vereda sobre tierra roja y muy empinada que nace en un pequeño pinar y que desemboca en el carril que va a dicho cortijo. Al llegar al carril, lo seguimos y nos tropezamos con un cruce. Tomamos el camino de la derecha (donde precisamente nos topamos con un pequeño grupo de cabras montesas) y sin finalizarlo porque no tiene salida, ya que sólo conduce a un poste de alta tensión, nos dejamos caer por un resbaladero que hay a nuestra izquierda para desembocar en otro nuevo cruce de senderos. El de la izquierda en ascenso, cerrado al paso de vehículos por una cadena, nos llevaría hasta Carialfaquí y el de la derecha sobre un agracecido llano, y con una resfrescante fuente que nos sale al encuentro a unos pocos metros de distancia, hacia Cogollos Vega.
Cuando llegamos al coche son las 14:10 horas. Desde aquí para casa porque nos estaban esperando en Alfacar para el almuerzo. Como siempre, dejo algunas fotos para el recuerdo.

02 abril 2006

VEREDA DE LA ESTRELLA - RÍO GUARNÓN











VEREDA DE LA ESTRELLA –RIO GUARNÓN

Son las 9:30 de la mañana de hoy domingo cuando una fuerte música invade la casa y despierta a toda la familia. Me asomo a la terraza y observo que es una concentración de motos antiguas para las que la Diputación Provincial de Granada ha organizado una marcha por nuestra ciudad y sus alrededores. Aunque a mí me gustan las motos, en ese instante me acuerdo de toda su familia (a la de las máquinas me refiero) y llego hasta el invento de la rueda. ¡Maldita sea! Ayer, bueno, esta madrugada nos acostamos muy tarde porque estuvimos de boda y este sobresalto de la megafonía nos perforó el sueño con la música de "Valencia" y todo eso de la paciencia... Pero pronto se me pasa el cabreo y aprovecho para bajar y comprar la prensa y unos churros en el quiosco de la Plaza y de camino les echo un vistazo… Una vieja Guzi con matrícula de Granada y “un miles” me deja boquiabierto pues me enseña hasta sus huesos que están en el esqueleto. Bultacos, Vespas, BMW, algunas con sidecar… En fin, todo un lujo de detalle y como no hay mal que por bien no venga esta “madrugá” la aprovecho y convenzo a mi mujer para marcarnos una vereda. Pienso, y se me viene a la cabeza la de la Estrella, que toma su nombre de las antiguas minas que se encuentran en el valle del río Genil.
Para llegar a ella, de nuevo tomamos la Circunvalación de Granada con dirección Motril, nos salimos por la Ronda Sur con dirección a Sierra Nevada, para abandonarla por la salida que indica “Pinos Genil – Güejar Sierra”, siendo esta última localidad nuestro destino final. Atravesamos el pueblo y seguimos la indicación de Maitena-Charcón.
A la vieja estación de Maitena, paraje que ya describí en la ruta del Barranco de San Juan – Canteras de Serpentina y punto de unión de los ríos Maitena y Genil, llegamos sobre las 12:00 horas ya que salimos de Granada muy tarde.
A partir de aquí el camino lo hacemos andando como la ley del senderismo manda y marchamos por una pista de cemento, aunque a veces nos desviamos por un sendero fuera de la carretera, pero siempre por la margen derecha del río Genil, y por el antiguo trazado del añorado “tranvía de la Sierra”. Atravesamos varios túneles abiertos a pico y pala a la roca sobre principios de 1925. Cruzamos varios puentes por los que el tranvía parecía que “volaba” a la velocidad del recreo del paisaje. Dejamos atrás alguno de sus apeaderos, que fueron levantados con piedras del terreno. Cuando llegamos justo al tercero de los túneles observamos un desvío a nuestra derecha que asciende por una carretera asfaltada y muy estrecha y que lleva hasta el Hotel del Duque cuyo promotor fue el famoso Duque de Galatino.
Pasamos este desvío y llegamos hasta el Barranco de San Juan, por donde desciende el arroyo con el mismo nombre, regalando sus aguas al Genil, y que medio coronamos en la anterior ruta hacia las Canteras de Serpentina, subiendo por la vereda de la Vegueta del Caracol. Nosotros seguimos hacia delante hasta que llegamos a unas edificaciones de estilo nórdico, propiedad de la Compañía Sevillana de Electricidad. También tenemos un merendero para el avituallamiento. Un puente de madera nos cruza de un lado al otro del río y justo en este punto, a la margen izquierda del río Genil, comienza, propiamente, la Vereda de la Estrella.
Esta vereda es una de las más típicas y bonitas de Sierra Nevada, donde podemos encontrar abundante agua y vegetación (predominando el castaño, el arce, el roble, la encina, el fresno y el quejigo). Te lleva a su final a Cueva Secreta (1.760 m.) un refugio troglodita que ha sido utilizado a lo largo de la historia por arrieros, pastores, recolectores de nieve, viajeros, comerciantes y montañeros durante sus andanzas por estas tierras y desde aquí puedes atacar las cumbres de Sierra Nevada.
Su comienzo es un poco duro y asciende entre arboleda unos 200 metros, para convertirse pronto en un falso llano, con un fácil ascenso pero que como decimos, hay que andarlo para contarlo y el de hoy era bastante largo.
Dejamos un primer desvío a nuestra derecha que te subiría hasta el Cortijo de la Hortichuela. A una media hora aproximadamente nos encontramos de lleno con un centenario castaño de tronco inmenso y retorcido, y que casi nos corta el paso de la vereda, conocido cariñosamente por todos los lugareños y montañeros como “el abuelo”. También nos cruzamos con varias chorreras, una de ellas que baja por el Barranco de Cabañas Viejas. La vereda serpentea sin brusquedades por la umbría de la loma de San Juan, mientras la ladera de enfrente es revelada por el sol de la mañana.
A una hora y cuarto aproximadamente, desde el Barranco de San Juan, vemos la confluencia del río Vadillo con el Genil. Más adelante dejamos, a la izquierda, una vereda que baja, con una fuerte pendiente, hacia el Refugio del Vadillo (en muy mal estado) y que cruzando por el puente del Burro nos dejaría en la otra margen del río con ánimos y fuerzas para atacar la durísima cuesta de los Presidiarios para dejarnos en la Loma del Calvario y de aquí al refugio del mismo nombre, comunmente llamado el de la "Cucaracha"; pero esa la dejamos para otro día y cuando el viento nos sea favorable hasta para las mochilas (por aquí llevaban antiguamente a los presidiarios a galeras desde Granada hasta Almería para embarcarlos)
Seguimos adelante por la Vereda de la Estrella y a los pocos minutos, andados unos 400 metros aproximadamente, llegamos a la curva del camino conocida como "el viso", lugar desde el que se contemplan por primera vez las caras nortes de la Alcazaba (3.371 m), a la izquierda, y del Mulhacén (3.482 m.), a la derecha. Uno de los paisajes más impresionantes de Sierra Nevada y vistas que serán nuestras compañeras hasta el Guarnón, apareciendo y desapareciendo en cada revuelta de la vereda.
Unas ruinas nos salen al encuentro, son las de la “Probadora”, unas de las tres explotaciones mineras que existieron en estos parajes. También vemos, señalando hacia la derecha, un hito con el indicador de "V.P." (Vía Pecuaria) "Camino de los Neveros" (utilizada en el pasado para transportar la nieve de Sierra Nevada a la capital granadina). Nosotros seguimos hacia delante, dejamos un sendero a nuestra derecha que nos llevaría al Cortijo del Hornillo, y siguiendo un poco más nos topamos con las ruinas de los antiguos alojamientos mineros que ocupaban el conocido como Cortijo de la Estrella; estando la bocamina ubicada precisamente frente al cortijo, sobre la otra margen, la opuesta a la que nos encontramos, al otro lado del río Genil, resaltando de ella la escombrera que llega hasta el río. Mina, la de la “Estrella”, de la que ha tomado el nombre esta tan famosa ya y conocida vereda; en la actualidad toda una "autopista" montañera. La explotación original del yacimiento se remonta a la época romana. Los arabes también aprovecharon las vetas de pirita, calcopirita y galena argentifera de la cuenca del Genil. En el siglo XIX se modernizaron las instalaciones, y en 1890 se construyó el actual trazado de la Vereda de la Estrella para facilitar el transporte del mineral mediante carros de bueyes y mulas
Son las 15:00 horas cuando al final, nuestro premio, el río Guarnón. Punto y final sobre puntos suspensivos, porque en otra ocasión seguiremos, cruzando el puente de madera, renovado hace unos años (antes era totalmemte de piedra) y continuando la Vereda de la Estrella hasta llegar a Cueva Secreta. Existe la opción, para no volver por el mismo camino, de hacerlo, cruzando por el barranco de Lucía, un poco antes de llegar a Cueva Secreta en la zona conocida como el Real, donde se unen los ríos Valdecasillas y Valdeinfiernos, para desde aquí dirigirnos al refugio de la Cucaracha, bajar por la cuesta de los Presidiarios hacia el refugio del Vadillo y subir de nuevo a la Vereda de la Estrella. Pero hoy no, porque salimos muy tarde y hay que pensar en el camino de regreso.
Aquí el río Real, recibe el regalo de las aguas del Guarnón, para denominarse, pendiente abajo, río Genil.
Así que a la vera de sus frías aguas, provenientes del deshielo de la nieve (el río Guarnón nace de los mismos pies del pico Veleta donde forma un circo glaciar conocido como "el Corral del Veleta"), decidimos comer con las majestuosas vistas de su Corral ante nuestros ojos. La música la ponía el río, nosotros pusimos los bocatas y la cámara fotográfica que no paramos de disparar durante toda la caminata. Desde aquí a la inversa y seis horas y cuarto de marcha para el recuerdo.
Una advertencia como consejo: esta vereda debería de estar recomendada como apta para todos los públicos e impuesta por Ley. Por la ley de la Naturaleza, vamos. Para que se sepa. Y la mejor época para recorrerla, el otoño; ya que el follaje, con el contraste de colores, cambia totalmante el paisaje y si la la haceis en verano se recomienda iniciarla muy temprano porque el calor madruga mucho y sube muy pronto de tono por estas laderas. Hoy sin ir más lejos nos hemos salvado porque el cielo estaba un poco despistado y el "Lorenzo" como disimulando, cosa que hemos agradecido bastante.

- Itinerario: Granada – Güejar Sierra- Estación de Maitena (en vehículo) – Maitena - Barranco de San Juan- Vereda de la Estrella – El Guarnón – Y viceversa.
- Número de participantes: 2
- Duración: 6 1/4 horas.
- Dificultad: Baja.