Sierra Nevada, “La Sierra” la tenemos tan a mano los granadinos que casi se nos olvida a veces que nos está como esperando. La naturaleza del hombre la ha tratado ciertamente tan mal y hemos acometido contra ella todo tipo de aberraciones; pero ahí está, sin embargo, aguardando para darnos intensas satisfacciones para los amantes del paisaje y del andar; pudiendo precticar en ella, adaptándonos a cada paraje y paisaje, senderismo en baja y media montaña, excursiones en alta montaña "accesibles" durante el verano hasta nivel alpinista en invierno.
El Corazón de la Sandía (1.982 m.) es un escarpado promontorio situado en una pequeña subcordillera conocida como "Los Alayos" dentro de la Sierra. Sobre el origen de este peculiar nombre hay diversas opiniones; por un lado, que se encuentra ciertamente en el mismo centro de "Los Alayos"; y por otro y echándole imaginación puede recordar el aspecto de una sandía partida de forma bruta. La cosa está en que es uno de los "imprescindibles" de la media montaña granadina y requiere una caminata media.
Hoy os muestro muy pocas fotografías porque, cosas de la ley de Murphy me quedé sin batería en el momento más a peor, vamos en medio de la mitad de la nada.
La ruta la hicimos el año pasado, el domingo 18 de diciembre, y tendré que hacer un poco de memoria para su itinerario. Si estoy equivocado, sabed perdonadme; pero si os atreveis, siempre, id con alguien que esté experimentado.
Salimos de Granda en dos coches, pues íbamos seis participantes: Antonio y Maria Angeles, Juan Felix y Dori, mi mujer y yo. Así todo quedaba en familia y de lo más natural.
Nos dirigimos a Dílar, atravesando el pueblo con dirección a la Central Eléctrica. Donde termina el carril para los vehículos, dejamos los coches en una explanada que hay en la misma orilla del río Dílar; aunque hay otra al otro lado adaptada y más ancha también para aparcamiento. Cruzamos el río por el puente que tenemos justo en frente y dejamos a la derecha El Aula de la Naturaleza de Ermita Vieja ubicado en este mismo valle, a 3 kilómetros de Dílar. Está rodeada de bosques de riberas y masas de pinares de repoblación, encinares y matorrales.
Tomamos la pista de Ermita Vieja y ya desde aquí toda la excursión ya es cuesta arriba hasta llegar al Corazón de la Sandía. Nos encontramos con una rambla arenosa que seguimos hasta un desvío hacia la derecha, para bordear una gran barranquera. Iniciamos pronto una limpia vereda que transcurre por el Barranco de Poca Leña, una zona muy rocosa, y perfilando empezamos ya a observar a nuestra izquierda – dirección Oeste- una amplia vista de la ciudad de Granada. Pasamos por Picacho Alto, y descendemos un poco para llegar a un cruce de veredas. Ascendemos de nuevo por una vereda que hay a nuestra derecha. Vamos ganando más altura y en ciertos días claros se puede observar desde aquí el horizonte del mar Mediterráneo, pero por desgracia, hoy no era el caso por culpa de la neblina.
Salimos de Granda en dos coches, pues íbamos seis participantes: Antonio y Maria Angeles, Juan Felix y Dori, mi mujer y yo. Así todo quedaba en familia y de lo más natural.
Nos dirigimos a Dílar, atravesando el pueblo con dirección a la Central Eléctrica. Donde termina el carril para los vehículos, dejamos los coches en una explanada que hay en la misma orilla del río Dílar; aunque hay otra al otro lado adaptada y más ancha también para aparcamiento. Cruzamos el río por el puente que tenemos justo en frente y dejamos a la derecha El Aula de la Naturaleza de Ermita Vieja ubicado en este mismo valle, a 3 kilómetros de Dílar. Está rodeada de bosques de riberas y masas de pinares de repoblación, encinares y matorrales.
Tomamos la pista de Ermita Vieja y ya desde aquí toda la excursión ya es cuesta arriba hasta llegar al Corazón de la Sandía. Nos encontramos con una rambla arenosa que seguimos hasta un desvío hacia la derecha, para bordear una gran barranquera. Iniciamos pronto una limpia vereda que transcurre por el Barranco de Poca Leña, una zona muy rocosa, y perfilando empezamos ya a observar a nuestra izquierda – dirección Oeste- una amplia vista de la ciudad de Granada. Pasamos por Picacho Alto, y descendemos un poco para llegar a un cruce de veredas. Ascendemos de nuevo por una vereda que hay a nuestra derecha. Vamos ganando más altura y en ciertos días claros se puede observar desde aquí el horizonte del mar Mediterráneo, pero por desgracia, hoy no era el caso por culpa de la neblina.
Tras unas dos horas, aproximadamente desde que empezamos, conseguimos divisar el promontorio del Corazón de la Sandía. Antes de empezar a caminar por su cuerda disfrutamos de una magnífica panorámica. Al fondo del todo, las altas cumbres de Sierra Nevada, en el centro en un fondo más cercano la Loma de Peñamadura, de cerca y a la izquierda Los Picos de la Virgen, a la derecha Los Gallos. Ahora sólo quedaba rodear el Corazón de la Sandía por su vertiente Sur hasta la misma falda del picacho, que por cierto tiene muy difícil acceso, y en donde los veteranos del barrio del Zaidín tienen depositado un pequeño Belén. Regresamos, unos doscientos metros, y hacemos el alto obligado para el avituallamiento con las vistas antes descritas y el azul y la nieve como puntos de referencia.
La vuelta la hacemos aproximadamente en una hora y cuarto, por Rambla Seca, cogiéndola en ese cruce de veredas que antes dejamos atrás. Una rambla que discurre casi desde las mismísimas faldas de esta gran mole y con dirección al río Dílar. Así que bajando y procurando poner los pies en el tereno más firme que podamos, para no cansarnos demasiado; más o menos hacia la mitad de su recorrido, mirando hacia la izquierda, descubrí esta cabeza de Don Quijote, como capricho de la naturaleza y aviso de su IV centenario.
La vuelta la hacemos aproximadamente en una hora y cuarto, por Rambla Seca, cogiéndola en ese cruce de veredas que antes dejamos atrás. Una rambla que discurre casi desde las mismísimas faldas de esta gran mole y con dirección al río Dílar. Así que bajando y procurando poner los pies en el tereno más firme que podamos, para no cansarnos demasiado; más o menos hacia la mitad de su recorrido, mirando hacia la izquierda, descubrí esta cabeza de Don Quijote, como capricho de la naturaleza y aviso de su IV centenario.
Pero todavía nos aguardaría otra sorpresa... Cuando estamos llegando al final de la rambla pasamos por una angostura espectacular digna de los mejores alagos en cuanto a la belleza del paisaje se refiere. Al finalizarla, cruzamos el río Dílar por el mejor sitio posible y a los pocos minutos pasamos por la Central Eléctrica, viendo la impresionante caída de las conducciones de agua que bajan de la Boca de la Pescá. Ya sólo es bajar por la orilla derecha del río para volver a los coches, dejando primeramente el acceso de la vereda de la Borracha que sube hacia la Boca de la Pescá. Dejando también a nuestra izquierda numerosas zonas de recreo para disfrutar de estos parajes junto al río. Pero eso lo dejaremos para el verano…
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-Itinerario: Granada a Dílar (con vehículo) - Dílar-Central Eléctrica-Zona de Recreo-Corazón de la Sandía- Rambla Seca- Río Dílar-Central Eléctrica-Zona de Recreo.
-Número de participantes: 6
- Duración: 4 1/2 horas
- Dificultad: Media
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-Itinerario: Granada a Dílar (con vehículo) - Dílar-Central Eléctrica-Zona de Recreo-Corazón de la Sandía- Rambla Seca- Río Dílar-Central Eléctrica-Zona de Recreo.
-Número de participantes: 6
- Duración: 4 1/2 horas
- Dificultad: Media
3 comentarios:
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