RÍO VERDE
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Como hoy el calor se despertó apretando en Granada, ya a las 9 de la mañana teníamos 21º, decidimos que si había que sudar la camiseta, pues qué mejor recuerdo que hacerlo mojándonos en las aguas cristalinas de los ríos Chorreras y Verde; todo ello dentro del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.De nuevo salimos los cuatro, María Ángeles, Antonio, Nieves y este humilde comentarista y reportero gráfico. Porque eso sí, la cámara hoy no había quien me la quitara, aunque en algún descuido pues eso, lo que siempre pasa... pues dame, que tú siempre haces de paparachi!Total que, volviendo sobre el camino de la marcha, el itinerario de hoy, el de las Cascadas y Cañones del Río Verde, presenta algunas dificultades por sus innumerables subidas y bajadas y que se adaptan sin más remedio a la configuración del terreno. Pero no hay que preocuparse porque todo está muy bien señalizado y protegido con quitamiedos (los pasos que parecen arrojarse al vacío). Así que de eso se trataba, de admirar espléndidas cascadas, de atravesar angostos cañones, de tocar con los ojos el fondo de cristalinas pozas naturales de agua, de refrescarnos, de asomarse al vacío a través de bellos miradores, y sobre todo, rodearse de esa naturaleza que siempre nos espera y nos acompaña.
Hacia ella nos dirigimos hoy por la Circunvalación de Granada con dirección a Motril, para tomar la salida Padul-Otívar y continuar por la carretera A-4050 conocida popularmente como “Carretera de la Cabra” y que lleva hasta Almuñecar.Indicar que el inicio de esta carretera en la actualidad está en obras y hay que hacerse unos interminables doce kilómetros por lo menos entre el polvo como niebla. Y que para más INRI, hoy, como que la verdadera (a la niebla me refiero) nos hizo de compañera casi en toda la travesía por los barrancos. Pero bueno, esto son cosas de la naturaleza y que también se agradece cuando el Lorenzo no escuece.
Total que, allá por el kilómetro 31,2 de dicha carretera, una vez pasados los LLanos de Lopera y cruzar el único tunel del camino, y ya sobre el asfalto (2,5 km. pasado el túnel) en el ensanche que hay a la derecha, justo donde está el panel informativo de la ruta de Río Verde, es donde empieza lo bueno.
Como aclararación y consejo de esta hermosa marcha, nosotros, hemos traído hoy dos coches con el objeto de dejar uno aquí y otro en el punto final del recorrido, en el denominado Puente de Hierro. Para llegar hasta él debemos de seguir bajando por la carretera un poco más, una vez alcanzado el kilómetro 42,5 (a unos 7,5 kilómetros pasada la antigua gasolinera y mirador, para tomar un desvío a la derecha, y que no es nada más y nada menos que un carril privado de tierra de unos 5 kilómetros de largo y que previo pago de 4 Euros por persona y coche te evita tenerlo que subir cuando llegamos al citado Puente de Hierro. Y la verdad es que se agradece la derrama sobre el terreno. Como también sería de recibo que la Comunidad de Propietarios de Cázulas (propietarios según parece del coto privado), le diera por lo menos una "mano de pintura" al carril con lo que ganan (diligencia que gentilmente recomendamos a la "taquillera", a la salida, con el objeto de que se la hiciera llegar a sus jefes)
Así que, volviéndonos los cuatro en el segundo coche, subimos por la carretera y lo dejamos aparcado en el punto de inicio del itinerario y antes indicado.
Iniciamos nuestro recorrido ya a pie, como la ley del senderismo manda, en el Collado de los Chortales, en donde a pocos metros comienza la vereda ascendente por el Cerro de Martos o Cerro del Facar que pronto se desvía a la derecha en una pronunciada bajada. Si volvemos la vista hacia el Noreste veremos unos riscos calizos de imponente factura llamados "Los Poyos del Pescado", uno de los pasos utilizados en la antigüedad para el transporte del pescado en caballerías, desde la Costa a Granada. El sendero serpentea en su tramo inicial y recorre un paisaje tallado por el fuego, el agua, y el viento y discurre entre pinares jóvenes de pino pinaster y Carrasco, encina, algún quejigo en las umbrías, enebros, madroños, amelancher, torvisco, halimium, romero, aulaga y numerosas especies de labiadas aromáticas como la satureja, lavándula y otras. Todo ello acompañado con impresionantes vistas panorámicas que nos permiten divisar de Norte a Sur, el Pico de Lopera (con su caseta de vigilancia contra incendios), El Cerro Cabañeros y ya en la divisoria con la provincia de Málaga el pico de Navachica que con sus 1.831 m. es la máxima altura de la zona sur del Parque. La zona que recorremos está formada geológicamente por calizas dolomíticas descompuestas, en las que los efectos de la erosión causados por el clima, son muy acusados.
Conforme vamos bajando, el desnivel va en aumento, salvándolo a veces con elevados escalones, incluso con barandillas quitamiedos que ayudan más a la sensación de seguridad que al tránsito. Ante nuestros ojos tenemos ya la primera cascada. Es la Cascada de los Chortales, de los Árboles Petrificados o Chorreras de los Palos que casi nos quedamos como ellos al ver su trazo en la roca y su poza cristalina de agua como queriendo recoger sus huesos.
A la derecha de la Cascada existe una cueva, con algunas muestras de estalactitas y estalagmitas aún vivitas y coleando. A partir de este punto se inicia la bajada hacia el Arroyo de los Chortales, que lo patearemos por su margen derecha.
Unos cientos de metros más bajamos hasta el cauce del arroyo para cruzarlo y continuar ahora por su margen izquierda. Mas adelante, la vereda empalma con el carril de las Cabrerizas, que lo tomaremos hasta llegar a un cruce con la vereda. El carril cruza el río y unos metros antes se encuentra la Fuente de las Cabrerizas, en donde podemos refrescarnos hasta las palabras.
Regresamos al cruce, para continuar por la vereda, observando ya que la flora cambia por completo. Ahora abundan los helechos, los palmitos, los sauces, las higueras y ese siempre etcétera de flora que nos acompaña.
Cruzamos el arroyo en varias ocasiones, destacando sus pozas y aguas cristalinas. Tras una leve subida, a nuestra derecha se elevan las magníficas y grandes Cascadas de Funes . A partir de aquí comienza la práctica del Barranquismo para los amantes de dicha materia.
Tras continuar ahora en descenso llegamos a una explanada rodeada de vegetación y que tenemos que atravesar a través de un “colaero” que nos lleva de nuevo hasta el cauce para atravesarlo con cierta facilidad y ponernos en la base de un sendero, con un fuerte ascenso, para salvar unos de los cañones del arroyo. La senda se agranda tras coronarla y se abre en forma de carril, en donde observamos enormes desprendimientos de piedras. Pronto avistamos el Barranco de La Topera, y por cuya margen derecha, a nuestra izquierda, tomamos el sendero que desciende zigzagueando hasta llegar de nuevo al cauce del río. A nuestra izquierda tenemos otro premio. Una gran poza de agua cristalina y verde y que recoge las aguas de una enorme cascada, la Cascada de los Caños Cruzados. Cuyas aguas bajan retozando a través de un angosto cañón horadado por la mano de la naturaleza, ofreciendo las mismas un espectacular salto de agua muy apreciado por los amantes del barranquismo. Haciendo aquí un alto en el camino para el avituallamiento, descansar un poco, y disfrutar de este paraje, mientras cambiamos impresiones del recorrido.
Marchando a partir de aquí y tras ello indistintamente por una margen y otra del río, cruzándolo por varios puentes colgantes (hemos contado hasta cuatro) y autorizados para cuatro personas como máximo. También pasamos junto a varios miradores y a los que merece la pena asomarse. Al llegar al último puente colgante, ya el camino se vuelve casi llano junto a grandes chopos hasta llegar al final del río Chorreras que recibe por su derecha al río Nacimiento, dando origen al famoso Río Verde. Esta unión conyugal es conocida como Junta de los Ríos, y que debemos de cruzar sin puentes y con la dificultad que opongan, según la época, el caudal de las aguas. Hoy no estaban ni para nadarlos ni para ahogarnos, que conste en el acta de la palabra.
A los pocos metros, observamos a nuestra izquierda una hermosa cascada y la toma oficial de agua hacia la localidad de Otívar.
Nosotros seguimos la marcha por la margen derecha del río, observando un ejemplar majestuoso de algarrobo, unos enormes tajos bordados a veces de curiosas formaciones calcáreas y que se levantan a un lado y otro del desfiladero. Un estrecho paraje entre dos grandes cortados de paredes verticales, en donde se desvelan parte de los secretos de la biodiversidad de Cázulas, un espacio que científicamente posee su particular denominación fitogeográfica, la unidad Cazulense, que ocupa esta sierra y la cuenca del río, en la que se suceden espacios con dos pisos bioclimáticos, termo y mesomediterráneos subhúmedos, que permiten la supervivencia de especies como el boj y otras tan características de esta zona como la Erica multiflora; una pequeña planta de bellas florecillas azules, Pinguicola vallisneriifolia, muy escasa, que tiene la particularidad de ser carnívora, como su pariente de las altas cumbres de Sierra Nevada, Pinguicola nevadensis. También crece una muy rara subespecie del tomillo granadino (Thymus granatensis subsp. micranthus) y es posible encontrar, en zonas áridas, Anthyllis tejediensis, un endemismo de este parque.
Al final, llegamos al segundo coche y que dejamos aparcado a este otro lado del Puente de Hierro.
Así que, volviéndonos los cuatro en el segundo coche, subimos por la carretera y lo dejamos aparcado en el punto de inicio del itinerario y antes indicado.
Iniciamos nuestro recorrido ya a pie, como la ley del senderismo manda, en el Collado de los Chortales, en donde a pocos metros comienza la vereda ascendente por el Cerro de Martos o Cerro del Facar que pronto se desvía a la derecha en una pronunciada bajada. Si volvemos la vista hacia el Noreste veremos unos riscos calizos de imponente factura llamados "Los Poyos del Pescado", uno de los pasos utilizados en la antigüedad para el transporte del pescado en caballerías, desde la Costa a Granada. El sendero serpentea en su tramo inicial y recorre un paisaje tallado por el fuego, el agua, y el viento y discurre entre pinares jóvenes de pino pinaster y Carrasco, encina, algún quejigo en las umbrías, enebros, madroños, amelancher, torvisco, halimium, romero, aulaga y numerosas especies de labiadas aromáticas como la satureja, lavándula y otras. Todo ello acompañado con impresionantes vistas panorámicas que nos permiten divisar de Norte a Sur, el Pico de Lopera (con su caseta de vigilancia contra incendios), El Cerro Cabañeros y ya en la divisoria con la provincia de Málaga el pico de Navachica que con sus 1.831 m. es la máxima altura de la zona sur del Parque. La zona que recorremos está formada geológicamente por calizas dolomíticas descompuestas, en las que los efectos de la erosión causados por el clima, son muy acusados.
Conforme vamos bajando, el desnivel va en aumento, salvándolo a veces con elevados escalones, incluso con barandillas quitamiedos que ayudan más a la sensación de seguridad que al tránsito. Ante nuestros ojos tenemos ya la primera cascada. Es la Cascada de los Chortales, de los Árboles Petrificados o Chorreras de los Palos que casi nos quedamos como ellos al ver su trazo en la roca y su poza cristalina de agua como queriendo recoger sus huesos.
A la derecha de la Cascada existe una cueva, con algunas muestras de estalactitas y estalagmitas aún vivitas y coleando. A partir de este punto se inicia la bajada hacia el Arroyo de los Chortales, que lo patearemos por su margen derecha.
Unos cientos de metros más bajamos hasta el cauce del arroyo para cruzarlo y continuar ahora por su margen izquierda. Mas adelante, la vereda empalma con el carril de las Cabrerizas, que lo tomaremos hasta llegar a un cruce con la vereda. El carril cruza el río y unos metros antes se encuentra la Fuente de las Cabrerizas, en donde podemos refrescarnos hasta las palabras.
Regresamos al cruce, para continuar por la vereda, observando ya que la flora cambia por completo. Ahora abundan los helechos, los palmitos, los sauces, las higueras y ese siempre etcétera de flora que nos acompaña.
Cruzamos el arroyo en varias ocasiones, destacando sus pozas y aguas cristalinas. Tras una leve subida, a nuestra derecha se elevan las magníficas y grandes Cascadas de Funes . A partir de aquí comienza la práctica del Barranquismo para los amantes de dicha materia.
Tras continuar ahora en descenso llegamos a una explanada rodeada de vegetación y que tenemos que atravesar a través de un “colaero” que nos lleva de nuevo hasta el cauce para atravesarlo con cierta facilidad y ponernos en la base de un sendero, con un fuerte ascenso, para salvar unos de los cañones del arroyo. La senda se agranda tras coronarla y se abre en forma de carril, en donde observamos enormes desprendimientos de piedras. Pronto avistamos el Barranco de La Topera, y por cuya margen derecha, a nuestra izquierda, tomamos el sendero que desciende zigzagueando hasta llegar de nuevo al cauce del río. A nuestra izquierda tenemos otro premio. Una gran poza de agua cristalina y verde y que recoge las aguas de una enorme cascada, la Cascada de los Caños Cruzados. Cuyas aguas bajan retozando a través de un angosto cañón horadado por la mano de la naturaleza, ofreciendo las mismas un espectacular salto de agua muy apreciado por los amantes del barranquismo. Haciendo aquí un alto en el camino para el avituallamiento, descansar un poco, y disfrutar de este paraje, mientras cambiamos impresiones del recorrido.
Marchando a partir de aquí y tras ello indistintamente por una margen y otra del río, cruzándolo por varios puentes colgantes (hemos contado hasta cuatro) y autorizados para cuatro personas como máximo. También pasamos junto a varios miradores y a los que merece la pena asomarse. Al llegar al último puente colgante, ya el camino se vuelve casi llano junto a grandes chopos hasta llegar al final del río Chorreras que recibe por su derecha al río Nacimiento, dando origen al famoso Río Verde. Esta unión conyugal es conocida como Junta de los Ríos, y que debemos de cruzar sin puentes y con la dificultad que opongan, según la época, el caudal de las aguas. Hoy no estaban ni para nadarlos ni para ahogarnos, que conste en el acta de la palabra.
A los pocos metros, observamos a nuestra izquierda una hermosa cascada y la toma oficial de agua hacia la localidad de Otívar.
Nosotros seguimos la marcha por la margen derecha del río, observando un ejemplar majestuoso de algarrobo, unos enormes tajos bordados a veces de curiosas formaciones calcáreas y que se levantan a un lado y otro del desfiladero. Un estrecho paraje entre dos grandes cortados de paredes verticales, en donde se desvelan parte de los secretos de la biodiversidad de Cázulas, un espacio que científicamente posee su particular denominación fitogeográfica, la unidad Cazulense, que ocupa esta sierra y la cuenca del río, en la que se suceden espacios con dos pisos bioclimáticos, termo y mesomediterráneos subhúmedos, que permiten la supervivencia de especies como el boj y otras tan características de esta zona como la Erica multiflora; una pequeña planta de bellas florecillas azules, Pinguicola vallisneriifolia, muy escasa, que tiene la particularidad de ser carnívora, como su pariente de las altas cumbres de Sierra Nevada, Pinguicola nevadensis. También crece una muy rara subespecie del tomillo granadino (Thymus granatensis subsp. micranthus) y es posible encontrar, en zonas áridas, Anthyllis tejediensis, un endemismo de este parque.
Al final, llegamos al segundo coche y que dejamos aparcado a este otro lado del Puente de Hierro.
Fin del agua y del trayecto (a pie claro, que todavía nos quedaba el tortuoso regreso en coche). Pero no era cuestión de subirse los 5 Km. de carril a pecho, porque las piernas lo agradecen y las vistas desde el carril, la verdad es que no son gran cosa, sólo se salvan la abundante vegetación en flor por estas fechas, predominando el color amarillo y no apto para toreros, y una ciudad de colmenas de tantas que existen por estas tierras. La excursión se lo merece, de veras, por lo menos acá por primavera, y una vez al año que no hace daño, habría que hacerla.
Fin del comentario y del trayecto viajero. Como siempre dejo algunas fotos para el recuento del recuerdo.
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DATOS BÁSICOS DEL RECORRIDO:
-Itinerario: Granada, Km.31, 2 de la Carretera A-4050 * "Carretera de la Cabra" - en vehículo ( dejando un segundo coche en el final del trayecto lineal de la ruta (Puente de Hierro)
-Número de participantes: 4
-Dificultad: Media
-Duración: 5 horas
-Agua: Fuente de las Cabrerizas
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DATOS BÁSICOS DEL RECORRIDO:
-Itinerario: Granada, Km.31, 2 de la Carretera A-4050 * "Carretera de la Cabra" - en vehículo ( dejando un segundo coche en el final del trayecto lineal de la ruta (Puente de Hierro)
-Número de participantes: 4
-Dificultad: Media
-Duración: 5 horas
-Agua: Fuente de las Cabrerizas
10 comentarios:
Nice colors. Keep up the good work. thnx!
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Hola, estoy buscando un grupo para hacer senderismo. Soy una chica, vivo en Granada, tengo 30 años. Me gustaría contactar con vosotros. Mi dirección de email por si queréis contestarme es: litacuriel@hotmail.com. Gracias!
Hey what a great site keep up the work its excellent.
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Felicidades por tu blog!! Buen trabajo.
queria preguntar si sabe alguien si se pueden llevar perros
pa l@ del perro:
habéis llenao de mierda de perro las aceras de las ciudades y ahora queréis jodernos también las veres
venga ya
Hola,felicidades por tu blog. Estuve el día 22/04/11 recorriendo esta ruta, es preciosa. Se han roto dos puentes y eso fue una aventura. Lo que menos me gusto fue la afluencia masiva de gente. Salud
manolo bonico como decimos por aqui la mierda de perro se va y se descompone, lo que se queda jodiendo son las colillas, bolsas de patatas fritas y coca colas que seguramente tu dejas tan ricamente tiradas por allí
La excursión es muy bonita.
Advertencia: Dejamos el coche en el kilometro 31,200 donde hay un aparcamiento, (PK 28.7) y robaron a 6 de los 8 vehiculos estacionados rompiendo los cristales. Por lo visto es bastante habitual en este aparcamiento y sucede todos los fines de semana, sin que se haya hecho nada por la guardia civil, a pesar de tener conocimiento ya de ello por las numerosas denuncias puestas sobre los hechos.
Es mejor dejar el coche cogiendo la pista forestal que hay a unos 3 km de este aparcamiento a la derecha.
Está permitida la entrada a perros?
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